PABLO HERRAIZ
La huida de Alejandro Martínez terminó de madrugada. Apenas 30 horas después del salvaje crimen que supuestamente cometió, la Guardia Civil lo detuvo en su casa del pueblo. Estaba dormido en la cama, confiado. Ahora falta reconstruir lo que hizo este hombre de 43 años, vecino de Orusco, desde el pasado lunes por la tarde.
Los primeros indicios apuntan a que fue él quien atropelló varias veces a Menchu Valdericeda, de 46 años, que murió en el acto. Él llevaba años acosándola y decía que estaba obsesionado con ella. Después se dio a la fuga y varios vecinos le vieron por la carretera que va de Orusco a Valdilecha. Más tarde fue visto en los alrededores de Arganda del Rey. Se sabe que allí, en Arganda, en el aparcamiento de la estación de Metro, ocultó su furgoneta, una Boxer que utilizaba para transportar la comida de su tienda, Alimentación Martínez.
La furgoneta estaba en un lugar recogido del estacionamiento, y fue hallada horas después del atropello, aunque no esa misma noche. La Guardia Civil la dejó allí para no poner en riesgo la operación de busca y captura, en la que han participado casi sin descanso agentes de todos los puestos de la zona. el vehículo está siendo analizado en el laboratorio criminalístico para buscar restos biológicos.
Alejandro, buen conocedor del campo y de los alrededores del valle del Tajuña, regresó de camino a Orusco. No se sabe dónde estuvo durante la noche del lunes y todo el día del martes, aunque no se descarta que pasara esas horas a la intemperie. En los barrancos de la zona, sobre todo a la altura de Tielmes, hay muchas cuevas y recovecos de la roca para ocultarse. Hiciera lo que hiciera, no se acercó al pueblo hasta el martes por la noche. Fue entonces cuando un vecino lo vio.
Ya no había gente en la calle y Alejandro pensó que pasaría desapercibido. Estaba cerca de las afueras del pueblo, entre la parte alta, donde está su casa y el monte que lleva hacia el cementerio.
Este vecino avisó al alcalde del pueblo, que a su vez llamó a la Guardia Civil. Varias patrullas se desplegaron por la zona por si Alejandro intentaba escapar. Ya de madrugada, hacia la 1.30 horas, los agentes acudieron a la casa de Martínez, donde un familiar les abrió la puerta.
Estaba dormido y fue arrestado sin que opusiera resistencia. Ayer se encontraba en el puesto de la Guardia Civil de Arganda del Rey, en espera de prestar declaración y pasar a disposición judicial.
El dispositivo para encontrar a Alejandro Martínez ha sido amplísimo. El Instituto Armado ha desplegado a casi todos los agentes que tenía en los puestos de la zona y ha utilizado helicópteros que no sólo han peinado el valle del Tajuña y el área de Arganda, sino parte de las provincias vecinas de Guadalajara y Cuenca, según informó ayer la Guardia Civil.
En el pueblo de la fallecida, que ayer fue enterrada, todos respiraban más tranquilos al conocer la detención. El alcalde dijo que era una buena noticia «para la familia de ella, que se queda más tranquila, y para la de él, porque se le ha detenido antes de que se suicidara o hiciera alguna cosa más grave».
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