Jueves, 22 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6276.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Ciencia
Economía
Motor
Deportes
Cultura
Comunicación
Última
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
Si no somos corresponsables del pasado, tampoco tendremos derecho a reclamarnos legítimos propietarios del futuro (Fernando Savater)
 MADRID
AQUI / NO HAY PLAYA
¿Somos los más sucios?
Javier Lorenzo

¿Somos los madrileños los más sucios de España? La pregunta viene a colación de las opiniones vertidas por Fernando Sánchez Dragó en una entrevista en el gratuito 20 minutos en la que, a pesar de trabajar en un medio público como Telemadrid, no parece sentir mucho aprecio por esta ciudad (aunque ya ha puntualizado que por todas las ciudades en general) ni por las costumbres higiénicas de sus habitantes. Concretamente, dijo que «los españoles son uno de los pueblos más sucios de la Tierra y los madrileños ni te digo». También dijo que la ciudad le huele a «infierno» e «hidrocarburo», que los madrileños ya no existen porque ahora son todos «negros, cobrizos o amarillos» y que «nunca» ha amado a Madrid. Al peatón, así a bote pronto, se le ocurren dos cosas: la primera, que hacen falta bemoles para decir eso. O lo que es igual, que estas cosas sólo pueden suceder en Madrid, mientras que serían impensables en otros lugares donde la cuestión identitaria tiene mucho más peso. La segunda, que antes de rasgarse las vestiduras habrá que examinar si el escritor tiene o no tiene razón.

Publicidad
El peatón es combativo en este asunto de la limpieza. En los últimos días, además de esquivar los restos inmundos de varios botellones, ha reconvenido amablemente a un ciudadano que lucía cresta de pollo por arrojar un papelajo en mitad de la ahora reluciente calle Arenal. También ha devuelto en un andén del Metro un envoltorio de chucherías usando la educada fórmula de: «Disculpe, creo que esto es suyo». E incluso, ha reintegrado al interior de un vehículo una porquería que habían arrojado sus ocupantes. Es de justicia decir que, en dos de estas tres ocasiones, el peatón contó con los plácemes de otros transeúntes. Y también lo es que, en dos ocasiones, los autores de la tropelía higiénica eran jóvenes a los que, paradójicamente, se les veía preocupadísimos por su aspecto, pero no tanto por el entorno que les rodeaba. Parece que volvemos a la pregunta que se hacían nuestros antepasados: para ser tan moderno, ¿hace falta ser tan guarro?

El peatón no es fundamentalista. Le encanta el atavismo de los bares pequeños en los que las cabezas de gambas van al suelo -aunque ya siempre mira dónde está la papelera -, se limita a cambiarse de sitio cuando le toca cerca un desaseado en el transporte público y, aunque tiene especial inquina y ojeriza hacia quienes permiten que sus mascotas punteen las calles con sus disposiciones, no pasa a mayores. Tampoco quedan tantos ya. Por otra parte, el peatón también es viajado y realmente no ve tantas diferencias en este aspecto entre las grandes ciudades europeas y Madrid, que cuenta con un pionero servicio de limpieza urgente, el Selur. En definitiva, el peatón piensa que Sánchez Dragó tal vez no enfocó bien el tema, porque limpios, los madrileños lo son. Otra cosa es que muchos de ellos sean cívicos. Y ése ya es otro cantar.

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
 publicidad
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad