El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Manuchehr Mottaki, aseguró ayer que la disputa sobre el programa nuclear de Irán puede resolverse con Estados Unidos de forma pacífica, pero que están preparados para «todas las opciones».
Mottaki declaró a los periodistas en el consulado iraní de Estambul (Turquía) que el problema se solucionaría «o por medio de la violencia o por la cooperación». «Teniendo en cuenta la delicada situación en nuestra región, nos estamos preparando para las dos opciones», agregó el jefe de la diplomacia iraní, según informa la agencia Efe.
Aun así, dejó claro que la mejor opción para solventar la crisis es por medio de la diplomacia y el diálogo, a pesar de que ayer expirara el plazo de 60 días dado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para que la República Islámica detuviese el enriquecimiento de uranio.
Por su parte, la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, calificó ayer desde Berlín de «lamentable» que Irán no haya cumplido con las demandas de Occidente, pero expresó su confianza en que Teherán recapacitará antes de elegir finalmente la vía de la confrontación.
«Si Irán suspende sus actividades de enriquecimiento de uranio, estoy dispuesta a encontrarme con mi colega iraní donde quiera, cuando quiera y como quiera», afirmó la diplomática, reiterando así una oferta realizada en mayo del pasado año y a la que Irán, pese a querer un diálogo directo con Estados Unidos, no ha respondido.
Rice, que viajó a Berlín para participar en una nueva reunión del Cuarteto para Oriente Próximo, recordó tras un encuentro bilateral con su colega alemán, Frank-Walter Steinmeier, que el plazo dado por el Consejo de Seguridad había concluido «sin haber detectado señales positivas de Irán».
Desde Teherán, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, consideró «imposible» frenar las actividades nucleares de su país.
«El tren del desarrollo del pueblo iraní ha iniciado su marcha y es imparable, y todas las potencias no podrán impedir la creciente marcha de este tren», dijo Ahmadineyad, en un discurso en la ciudad de Langarud, en el norte iraní.
Mahmud Ahmadineyad sentenció: «Irán no hace caso a los países arrogantes que rechazan nuestros programas nucleares, y seguirá su camino hasta acceder de forma completa a la tecnología nuclear para uso pacífico. La única alternativa ante ellos [Occidente] es elegir el camino de la amistad y el respeto al pueblo iraní, ya que, en caso contrario, la mano de Dios saldrá dentro de poco y los destruirá».