LIVORNO 0

O. LLUIS COMPANYS. 12.134 ESPECTADORES.

Gorka Chica Jarque Lacruz David Garcia Moisés Costa Rufete Luis García Coro Pandiani

Cambios: Ito por Moisés (min. 50) Moha por Rufete (min. 63) Jônatas por Luis García (min. 74)

Amelia Grandoni Kuffour Rezaei Pfertzfel Filippini Morrone Passoni César Fiore Lucarelli

Cambios: Betanin por Filippini (min. 52) Coppola por Passoni (min. 63) Vidigal por Lucarelli (min. 80) s.c.

Arbitro: Paul Allerts (BEL)

Tarjetas amarillas: Filippini, César (2), Kuffour, Grandoni, Coro e Ito.

Tarjetas rojas: César (min. 78).

Goles: 1-0: Lacruz (min. 16). 2-0: Coro (min. 47).

BARCELONA.- Por una vez, el Espanyol aplicó la lógica y se clasificó para los octavos de final de la Copa de la UEFA a lo grande.Sin sufrir, sin agonías, sin episodios dramáticos que invitaran luego a encomendarse a la épica. Evitó que el Livorno creyera que tenía alguna opción con un temprano gol de Lacruz, y luego, ya en el segundo tiempo, Coro selló el pasaporte hacia siguiente destino europeo. O mejor pseudoeuropeo, porque el rival blanquiazul en los octavos será el Maccabi Haifa israelí, que se deshizo contra pronóstico del CSKA de Moscú. No es arriesgado afirmar que el Espanyol es claramente superior a su rival. El cuento de la lechera, el sueño de ir superando rondas y plantarse como quien no quiere la cosa en la final de Glasgow, comienza a tomar forma en el universo onírico de la afición. Por mucho que eso disguste a Valverde.

El gesto del entrenador describiendo el apocalipsis un día antes del partido estuvo bien como arenga a sus jugadores, pero ya en el momento en que pronunció esas palabras sonaron, de tan exageradas, cuasi sarcásticas. El Livorno es digno de todo el respeto que merece un equipo que disputa la Serie A, pero el hecho de que sea uno de los embajadores de Italia en la Copa la UEFA demuestra la profunda crisis que azota al fútbol de ese país. El Moggigate, lejos de ser un simple episodio desgraciado, fue la anécdota macabra de un fútbol que lleva demasiados años consumiéndose en un peligroso proceso autofagocitario. El fastuoso calcio no es lo que era, aunque desde luego no puede tomarse al Livorno como referente.

Para alimentar su maltrecha moral, el equipo toscano había clamado en los últimos días que la imagen ofrecida en el Armando Picchi fue irreal, porque careció del calor de su público y eso le llevó a completar un partido nefasto. Había cierta curiosidad en el Espanyol por ver si esos alardes eran verosímiles, pero todo resultó ser pura dialéctica. El Livorno, por segunda vez, demostró que es un equipo muy limitado, voluntariosos y tácticamente correcto, pero ominosamente falto de calidad técnica para mover el balón con criterio y al primer toque en cuanto el rival se decide a sacudir los cimientos de su construcción ofensiva.

En efecto, el Espanyol noqueó a su rival con tan solo presionar arriba y dejar sin aire a la pareja de albañiles Morrone-Passoni.En ese caso, fueron los torpes peones Kuffour y Rezaei quienes tuvieron la misión de hacer llegar el balón a la línea atacante.Y esa solución casi nunca funcionó. Ambos centrales exhibieron una capacidad técnica y una visión de juego bastante por debajo de la media de los centrales que campan por Europa. Y Lucarelli, que apenas tocó balón en punta, lo acusó.

Solamente César -el mejor de los suyos aunque terminase expulsado- inquietó la estabilidad del Espanyol. Aportó un disparo en el prólogo del choque que despejó Gorka y otro más con todo el pescado vendido. Tampoco los de Valverde se prodigaron en ataque, pero fueron decisivos en los momentos clave. Primero fue Lacruz, superado el cuarto de hora, quien batió a Amelia con un testarazo tras un córner botado por Luis García. Luego, en el inicio del segundo tiempo, Coro rubricó la fiesta con un disparo a la escuadra desde el vértice del área. Con la Liga abonada al aburrimiento, la UEFA es la única ilusión del espanyolismo.