La operación planteada por el presidente de Metrovacesa, Joaquín Rivero, su socio Bautista Soler y Román Sanahuja para dividir en dos empresas a la inmobiliaria «se ha realizado de espaldas a los accionistas minoritarios». Así de rotundo comienza el comunicado que la Asociación Española de Accionistas Minoritarios de Empresas Cotizadas (Aemec) difundió ayer a la opinión pública y remitió después por correo electrónico al presidente de la Comisión Nacional de Valores (CNMV), Manuel Conthe.
Los pequeños accionistas quieren que el organismo bursátil saque a Metrovacesa de Bolsa mientras se realiza la operación. No están dispuestos a perder dinero y harán lo imposible para poder desinvertir a un precio «razonable», en palabras de Matías Jove, director ejecutivo de la asociación. Por ello, han solicitado a la CNMV que exija la presentación de una OPA (Oferta Pública de Adquisición de acciones) de exclusión por la totalidad del capital social de la inmobiliaria, a un precio por acción que responda a la cotización media del último semetre, por encima de los 100 euros.
Los minoritarios quieren ganar por título desinvertido más de los 75,67 euros que Rivero, Soler y Sanahuja ofrecen por cada acción. El valor de Metrovacesa cerró ayer en el parqué a 107 euros, tras registrar una caída de apenas un 0,8%.
Una operación compleja
El comunicado de Aemec denuncia que la operación «persigue evitar la aplicación de las normas de protección de accionistas minoritarios» y advierte de que la familia catalana Sanahuja puede llegar a controlar hasta un 52,75% de Metrovacesa cuando concluya la operación.
El acuerdo anunciado el pasado lunes por la empresa implica la división de sus activos. La familia Sanahuja, que controla el 39,62% de la inmobiliaria, se quedará con la Metrovacesa española, mientras que Rivero y Soler, que poseen el 33,15% del capital, pasarán a controlar la filial francesa Gecina, cuyos títulos se han sido valorados por la empresa en 129,36 euros.
La asociación de pequeños accionistas denuncia en su comunicado que el citado acuerdo supone una «acción concertada» del 72,77% del capital de Metrovacesa, lo que supondrá una modificación estatutaria de reducción de capital. La respuesta de Conthe a la solicitud de Aemec no se hizo de rogar.
A medio día de ayer, el presidente de la CNMV dejó claro que «no tiene por qué haber una OPA de exclusión», ya que «no es la opción más lógica». En este sentido, recordó que el año pasado hubo dos ofertas competidoras por Metrovacesa que no eran por el 100%, y que todo el que pudo vendió acciones. No obstante, también manifestó que «el mercado es libre» y que el accionista minoritario está en su derecho de pedir lo que considere oportuno.
La CNMV deberá pronunciarse respecto a la operación «en un plazo breve»; al menos, así lo confirmó el mismo organismo el pasado lunes. Ayer, Conthe concretó aún más e informó de que «la semana que viene» habrá un pronunciamiento. Sin embargo, también apuntó que ya «no es urgente», porque el valor ha vuelto a cotizar (estuvo dos días consecutivos suspendido).
El único contratiempo para dar una respuesta a la operación es la complejidad de la misma, manifestada por el propio Conthe. El acuerdo supone una reducción de capital en España y una segregación de activos en Francia, donde también existe la posibilidad de una OPA. Es por ello que Manuel Conthe apuntó que este escenario está en «la mente» de la CNMV y advirtió de que «tendrá que reflexionar». El organismo español trabaja, en este sentido, en contacto con el organismo regulador de mercados francés. La CNMV celebró ayer por la tarde su consejo ordinario, pero dejó el asunto de Metrovacesa aparcado.
Uno de los empresarios del ladrillo que se pronunció ayer en relación a la situación que atraviesa Metrovacesa fue Luis Portillo, el presidente de la nueva inmobiliaria Colonial. Éste dejó claro que su interés hace seis meses era comprar la compañía de Rivero, pero que «hoy no aporta nada». Portillo fue a más en sus declaraciones y confirmó que una fusión de su filial francesa Société Fonciére Lyonnaise (SFL) con Gecina tampoco le convence.
El consejo de administración de Gecina apoyó ayer la división de la empresa, pero advirtió de que carece de «elementos suficientemente precisos» sobre las implicaciones que tendrá la operación, informa Efe. No obstante, la francesa destacó en un comunicado que como el acuerdo de separación se escalonará en varios meses, eso le dejará tiempo para «analizar y evaluar las consecuencias de la separación». El órgano directivo «velará por los intereses de todos sus accionistas y de su personal», concluyó.