EUGENIO MALLOL
VALENCIA.-
El Banco de Valencia y el resto de socios españoles de Aguas de Valencia, entre los que se encuentran Fomento Urbano de Castellón, el naviero Vicente Boluda y la promotora castellonense Lubasa, hicieron público ayer un acuerdo para crear una nueva sociedad, que se denominará Inversiones Financieras Agval, desde la que lanzarán una oferta pública de adquisición (OPA) sobre el 100% del capital de Aguas de Valencia a un precio de 90 euros la acción, lo que supone una prima del 5,88% sobre el último precio de cotización de la compañía, que fue de 85 euros.
Los socios locales abren de ese modo la puerta a una salida digna del grupo francés Saur, adquirido por el fondo PAI Partners al Grupo Bouygues en 2004, y que ostenta el 33% del capital de la concesionaria valenciana. Ayer, en cualquier caso, no existía todavía acuerdo para que la venta de sus participaciones efectivamente se produzca.
Fuentes del accionariado de Aguas de Valencia subrayaron que «pocas oportunidades así habrá para que Saur venda sus acciones, es difícil que lo haga a un precio mejor». Por si eso no fuera suficiente, la posición del socio francés pasa a ser minoritaria y sin opciones de control, frente el 57% que tiene garantizado, al menos sobre el papel, Inversiones Financieras Agval.
Este movimiento de los socios españoles puede ser la última etapa de un proceso de transformación del accionariado de Aguas de Valencia que arranca en 1999, cuando el capital estaba en manos del BSCH (21%), Bancaja (6%) y el Grupo Bouygues (43%).
Llegado el momento de la renovación del principal contrato de la compañía, el del abastecimiento de la ciudad de Valencia, el Ayuntamiento anunció su deseo de que se valencianizase, lo que provocó una primera oleada de cambios: Bouygues elevó primero su participación hasta el 49% y después vendió un 13% a Boluda; y el SCH acabó desprendiéndose de todos sus títulos y traspasándoselos a Bancaja, y las castellonenses Facsa y Lubasa.
En virtud de un acuerdo de los accionistas de 2000, Bouygues reduciría más tarde su porcentaje hasta el 33% y finalmente, en 2004, acabó vendiendo el Grupo Saur -cuya filial más rentable era precisamente Saur España gracias a Aguas de Valencia- al fondo PAI Partners.
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