El ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, aseguró ayer en Vitoria que la «prioridad» del Ejecutivo español es la «erradicación del terrorismo», y «en el menor tiempo posible». No obstante, reconoció que es «una tarea difícil», debido a que «no todos están poniendo el mismo empeño» en el logro de este objetivo.
Más concreto en cuanto al destinatario de sus mensajes, reclamó después «respeto al liderazgo en política antiterrorista» que, recordó, corresponde al Gobierno.
Fernández Bermejo participó en la capital alavesa en el acto de recuerdo al dirigente socialista Fernando Buesa y a su escolta, Jorge Díaz, en el séptimo aniversario de su asesinato por ETA. Asistieron numerosos miembros del PSE y, por parte del PP, acudió sólo el diputado general de Alava, Ramón Rabanera. Posteriormente, los populares justificaron su ausencia por considerar que se trataba de un acto de partido.
En este foro, el titular de Justicia aseguró que para el Ejecutivo «no hay prioridad mayor» que garantizar «la libertad y la vida de todos los ciudadanos», y a disposición de este objetivo están puestos «todos los instrumentos del Estado de Derecho».
Con la vista puesta en que el fin de ETA sea una realidad en el «menor tiempo posible», lamentó la existencia de «obstáculos» y, sobre todo, que «no todos estén poniendo el mismo empeño». Pese a ello, aseguró, estos impedimentos no «nos apartarán de nuestro camino».
El ministro lanzó una advertencia a la banda y a «quienes les apoyan», a los que dijo que no conseguirán «ningún rendimiento» por sus acciones». «La democracia no paga precio por la paz y la libertad; no permitirá ninguna ventaja a ninguna acción terrorista», aseguró, para afirmar a continuación que «la única certeza» que pueden tener los terroristas es que «antes o después serán puestos a disposición de la Justicia».
Tras recordar los «brutales asesinatos» de Buesa y Díez, Fernández Bermejo destacó que estos crímenes, como otros, «no han quedado impunes», y añadió que «la inmensa mayoría de los terroristas hay terminado pagando sus actos desde la aplicación de las leyes por los tribunales». «La ciudadanía debe saber que la democracia es más fuerte que el terror, que la tolerancia es más fuerte que el fanatismo y que la convivencia es más fuerte que el odio».
El ministro insistió en su «esperanza» en acabar con el terrorismo y también en su «determinación» por «avanzar» cada día hacia este objetivo. En esta tarea, consideró imprescindible «la unidad de los demócratas, la cooperación entre los partidos políticos, la participación activa de la ciudadanía» y, sobre todo, «el respeto al liderazgo que en política antiterrorista corresponde al Gobierno de España». Se trata, añadió, de «instrumentos extraordinarios» para la erradicación del terrorismo, objetivo al que «todos deberíamos aportar nuestro grano de arena».
En la misma línea, el secretario general del PSE, Patxi López, aseveró en su intervención que ETA está abocada a «desaparecer» porque cada vez «son más, incluso dentro de su propio mundo, los que rechazan su existencia». «Ya no tiene margen de maniobra», afirmó, aunque admitió que «aún pueden hacer daño».