Cuando un gobernante propone una ley enfrentándose a lo que piensa la inmensa mayoría, dijo, y es «humillada» de la manera que lo ha sido la ministra, lo lógico es presentar la dimisión. De no hacerlo, es obligación del presidente del Gobierno proceder «a su cese».

Mariano Rajoy consideró una «buena noticia» la retirada de la ley, aunque exigió que el Gobierno diga que es «definitiva». «Si una ley es buena, hay que mantenerla, y si es mala, como es el caso, hay que retirarla de forma definitiva», señaló.

El presidente del Partido Popular criticó el carácter electoralista de la medida adoptada por el Gobierno y subrayó que una ley no se puede retirar «por miedo a una tractorada».

El jefe del principal partido de la oposición también criticó el papel desempeñado en esta polémica por la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, a la que acusó de mantener una postura dócil.