RUBÉN AMON. Corresponsal
PARIS.-
Ségolène Royal ha recurrido a la custodia de los elefantes para darle homogeneidad a su campaña. Empezando por reclutar a Laurent Fabius y Strauss-Kahn, o sea, los mismos rivales que se enfrentaron a la candidata en las elecciones primarias del Partido Socialista (PS).
La iniciativa implica que Royal abandona el camino de la autogestión. También supone un estímulo electoral, puesto que Fabius, ex primer ministro, puede atraer a los votantes de la izquierda, y porque Strauss-Kahn concede al proyecto del PS mayor credibilidad en el ámbito económico.
La reorganización del campamento socialista había sido anunciada el domingo como una respuesta al signo adverso de los sondeos y como una solución a los problemas de cohesión internos. Ahora, en cambio, predomina una sensación de euforia. Tanto por el éxito que Royal tuvo en su aparición televisiva del lunes -8,9 millones de espectadores- como porque los tenores del PS se han avenido a cerrar filas. Sólo queda conocer el papel de Jospin.
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