Pese a todo, ayer, en el Parlament, Joan Manuel Tressseras dio fecha -2008- para la Ley del Cine, prometió una red única de bibliotecas, se compretió en encontrar una solución definitiva para el centro de TVE en Sant Cugat y Radio 4 y dejó entrever a lo largo de todo su discurso ante la comisión de Política Cultural de un cambio en los criterios para la concesión de subvenciones públicas en el mundo de la cultura: apuntó a una mayor exigencia en los niveles de calidad y, sobre todo, a trasladar el acento de la producción a la distribucion y la promoción.

Tresserras se estrenaba ayer como conseller en el Parlament con el fin de explicar cuáles serán las líneas generales de su departamento, el de Cultura i Mitjans de Comunicació, al que llegó el pasado mes de noviembre. Y, ante los diputados, pocas cosas descubrió que no hubiera dicho ya antes. No hubo conejos en la chistera, tan sólo algunas precisiones en un discurso que giró -como ha hecho desde la llegada del republicano- en torno a la necesidad de relacionar medios de comunicación y cultura, a la voluntad de construcción de un espacio comunicativo y cultural catalán y a la consideración de que cultura popular catalana es la que hacen todos los que viven en Cataluña, acaben de llegar o estén asentados desde hace años.

Plazos y precisiones

Pero en el capítulo de precisiones, Tresserras apuntó a algunos plazos, a unos pocos compromisos y a otros tantos deseos: por ejemplo, se comprometió a encontrar una fórmula de viabilidad permanente para el centro de TVE en Sant Cugat y para Ràdio 4; a convertir Barcelona en un gran centro de referencia en la edición multilingüe; a abordar la Ley del Cine en 2008; a acabar este 2007 con un redactado y un compromiso sobre el Estatuto del Artista; a la voluntad de crear un portal en Internet que permita descargar música en catalán; a la creación de una red única de bibliotecas, que incluya tanto las de gestión autonómica como las locales; a la defensa del precio fijo del libro y de la venta de los libros de texto en las librerias tradicionales; o a la incorporación del sector privado al Ente de Coordinación Teatral, que hasta ahora reunía sólo a TNC, Lliure y Mercat de les Flors. De igual manera, Tresserras anunció que mantendrá su apuesta por los centros de creación de Reus y Terrassa e inaugurar otros en Girona (teatral), Granollers (el Roca Umbert), Terrassa (danza), Vilanova (circo) o Vic (pensamiento).

Pero más allá de estas puntualizaciones sobre su política cultural, del discurso de Tresserras se desprendió también la voluntad del Departament de cambiar los criterios que deben regir la concesión de subvenciones a los proyectos culturales. Así, el conseller, que insistió en que «un sector privado crónicamente dependiente de la subvención pública es una falacia, no sirve», explicó que se plantean un cambio en el acento de las ayudas: «Durante mucho tiempo hemos centrado el esfuerzo en la producción. Buena parte de los programas de subvenciones han estado orientados a favorecer el incremento de la producción junto a los grandes equipamientos.Ahora tenemos que ver por qué han mejorado las cifras de producción pero en términos de consumo nos hemos movido tan poco». Y él mismo avanzó algunas soluciones más allá de «la vía fácil de decir que no hay mercado o echarle la culpa a la gente», así apuntó a «sin dejar de ayudar a la producción aunque intentando introducir criterios de rigor a la hora de ayudarla, tenemos que ver si podemos desplazar el acento de nuestras prioridades hacia la promoción, el marketing y la distribución». Estos nuevos criterios podrían afectar, por ejemplo, a la renovación de los conciertos plurianuales que buena parte de las industrias culturales catalanas mantienen con el Departament y que está prevista antes del verano.

En esta idea redundó aun más el conseller al afirmar que «corremos el riesgo de construir una ficción basada en cifras de producción.Si lo que hacemos es repartir dinero para ayudar a la producción ganaremos un concurso de popularidad y el sector estará contento, pero la cultura catalana no será más sólida».

Ya en el turno de respuesta a las los representantes de los grupos parlamentarios, tampoco avanzó Tresserras grandes novedades.Tan sólo precisó el conseller que el traspaso de las competencias del Institut Ramon Llull -dedicado a la internacionalización de la cultura catalana- y de las políticas lingüísticas al Departament de la Vicepresidència -en manos del también republicano Josep Lluís Carod-Rovira- no ha hecho que varíe su relación con Cultura ni los contactos que con los dos ámbitos mantienen.

Por último, en respuesta al PP, Tresserras tuvo que dar cuenta de una promesa que, también en el Parlament, hizo su antecesora, la socialista Caterina Mieras: duplicar el presupuesto dedicado a Cultura. Y aunque reconoció que es una «ambición razonable», no se atrevió, como hizo la socialista y no pudo cumplir, a asumir el compromiso.

1Editorial. Convertir Barcelona en un gran centro de la edición multilingüe. Defender el precio fijo del libro y la venta del libro de texto en las librerías tradicionales.

2Bibliotecas. Crear una red única de bibliotecas y abrir nuevos centros en poblaciones de menos de 3.000 habitantes. Concertar con el Departament d'Ensenyament un plan de fomento de la lectura.

3Música. Abrir un portal en internet que permita la descarga de música en catalán. Concertar con el Ministerio de Cultura un plan para la rehabilitación de salas de conciertos.

4Artes escénicas. Dar un nuevo impulso al Ente de Coordinación teatral e incorporar al sector privado. Intervenir en la elaboración de los contratos-programas.

4Artes plásticas. Apuesta por la feria de vídeo creación Loop.Potenciar la coordinación entre el Macba y otros centros catalanes.

4Patrimonio. Finalizar la segunda etapa del retorno de los 'papeles de Salamanca'. Delimitar los fondos barceloneses del Arxiu de la Corona d'Aragó.

4Cine. Elaborar la Ley del Cine durante 2008.