Los retrasos y las aglomeraciones de viajeros que se produjeron ayer respondieron a un «fallo técnico en el sistema de electrificación» en la estación de Martorell, una avería que provocó la interrupción de la circulación ferroviaria entre esa localidad y Castellbisbal.El incidente se registró entre las 6.30 horas y las 8.10 horas, pero a las 12.00 aún se acumulaban demoras de 25 minutos, informó Renfe.

El servicio se interrumpió en ese tramo hasta las 8.50 horas, generando importantes retrasos en las líneas de cercanías que unen Sant Vicenç de Calders con Manresa y L'Hospitalet con Martorell.

En plena hora punta matinal y sin tren que les transportara hasta su puesto de trabajo, medio centenar de personas decidió abandonar los andenes de la estación de Martorell. De forma espontánea, se amotinaron ocupando las vías para exigir explicaciones ante la situación que nuevamente les había tocado vivir.

Los usuarios dieron por terminada la acción de protesta cuando varios agentes de la Guardia Civil llegados especialmente hasta la estación ferroviaria les conminaron a evacuar las vías bajo la promesa de que se estaba trabajando para poner fin al problema.

A varias decenas de kilómetros de Martorell, otra estación de Renfe vivió otra singular acción fruto de la irritación ciudadana.En Vilafranca del Penedès, los funcionarios de la ventanilla en la que se venden los billetes tomaron la decisión de echar el cierre. Ante los retrasos y la falta de información, la avalancha de viajeros frustrados era tan grande que se hizo imposible atender sus quejas. El cierre duró 15 minutos, hasta que se personaron las fuerzas de seguridad, según fuentes ferroviarias.

Autobuses

Para intentar subsanar las molestias ocasionadas a los usuarios por la interrupción del servicio, la compañía habilitó un servicio de autobuses para cubrir el trayecto Martorell-Castellbisbal hasta las 8.10 horas. En ese preciso momento se reabrió una vía por la que circulaban los trenes en ambas direcciones, según la compañía. De esta forma, el servicio funcionó de forma parcial durante los 40 minutos siguientes. El servicio quedó restablecido finalmente poco antes de las 9.00 horas.

Si bien fuentes de Renfe cifraron en la media de retrasos en 25 minutos, algunos usuarios denunciaron haber sufrido demoras de hasta una hora. Las aglomeraciones de personas en los andenes y los trenes abarrotados volvieron a ser una estampa de algunas líneas de cercanías. Una vez más, los viajeros criticaron la falta de información por parte de la compañía sobre el tiempo de duración estimado de la avería.

La Generalitat, además de varios ayuntamientos catalanes, diferentes grupos parlamentarios y organizaciones ciudadanas, reclamaron ayer «medidas inmediatas» ante los reiterados problemas en la red de cercanías de Renfe en Cataluña.

El Departamento de Política Territorial i Obres Públiques y los alcaldes de Vilanova i la Geltrú, Sitges, Vilafranca del Penedès y Barcelona, así como varios ayuntamientos del Baix Llobregat, solicitaron una reunión con el Ministerio de Fomento para abordar los motivos de los últimos problemas en el servicio.

Todos pidieron «explicaciones sobre las soluciones adoptadas para paliar estas incidencias y sobre el funcionamiento del sistema de información y transporte alternativo». El Govern reclamó la convocatoria de la comisión de seguimiento del funcionamiento de cercanías «para reimpulsar» las inversiones y «las medidas previstas en el plan de choque que desarrolla Fomento para reducir al máximo las incidencias y evitar situaciones» como las de esta semana.

Por su parte, un comunicado de CCOO exigía ayer «al Gobierno y al Govern la solución de la situación de cercanías de Renfe» y «la compensación de la deuda social contraída con los usuarios».El sindicato denunció que Renfe «discrimina a los usuarios de cercanías de Barcelona». Denuncian que la compañía devuelve el dinero a los viajeros del AVE «pero ignora a las víctimas de cercanías».

Pero la situación tendrá consecuencias políticas también en otras direcciones. Ayer, IU-ICV pidió un debate monográfico y la comparecencia en el Congreso del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, por la «inacción y la actitud del todo insuficiente» del Ejecutivo ante los problemas de la red de Cercanías de Renfe.

ERC y CiU apoyaron la celebración del pleno, pero necesitaban los votos del PP. Los populares dieron por la noche el visto bueno, aunque su líder en Cataluña, Josep Piqué, criticó la «hipocresía» de republicanos y ecosocialistas, que «bloquean» comparecencias en el Parlament sobre el mismo asunto. Duran también preguntará a Zapatero sobre las incidencias ferroviarias.