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 MADRID
200 km. a la redonda. ERMITA DE NAZARET
La Virgen, los osos y la salamanquesa
La visita a este antiguo santuario, situado sobre Montejo de la Sierra, permite realizar un corto paseo, ideal para hacerlo con niños, al tiempo que se descubren las curiosas leyendas que le rodean
ALFREDO MERINO

El tiempo parece detenido en mitad de estos prados. El sol de invierno invita a remolonear al vacuno y el caminante, superado por tanta paz y belleza, se sienta sobre una peña a contemplar el panorama.

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Las praderías envuelven el barranquillo formado por el arroyo de la Mata, por aquí simple regato, en cuya margen derecha se alza Montejo.

En el centro de tanto verdor se alza la ermita de Nazaret, templo algo mostrenco, todo hay que decirlo, pero al que se le perdonan sus hechuras por el lugar donde se alza. Y por la leyendas que apareja.

Este altozano despejado ya era conocido en el Medievo. Alfonso XI da cuenta de ello en su Libro de la Montería, y advierte que esta tierra «es buen monte de puerco en todo tiempo, y a veces hay oso», señalando como uno de los lugares más recomendables para abatir a esas fieras los prados de Santa María de Nacerni.

Desde entonces, siglo XIV, en torno a este templo se han tejido otras historias menos documentada, pero igual de formidables.

Como la oscura leyenda que cuenta que en este otero hubo un tranquilo pueblecito. Todo iba bien, los paisanos entregados a las tareas del agro, que aquí es mayormente la agricultura, los domingos a misa y, de vez en cuando, alguna fiesta. Un pueblo de tantos.

Fue una de esas fiestas la que fastidió la cosa. Al parecer, se celebraba una boda, cuando una salamanquesa cayó al caldero donde se cocía el guiso. La tradición señala que el animalito soltó su veneno en el caldo, muriendo toda la población, abandonándose el pueblo, que desapareció.

Esta leyenda recoge el recurrente tema de los envenenamientos producidos por uno de nuestros más benefactores reptiles, y que también fue escuchada por el caminante en tierras sorianas de Masegoso, Mayuel y Vadorrey.

A este simpático animalito también se le asimila otra leyenda no menos sorprendente: la facultad de poder vivir en el fuego, no sólo sin quemarse, sino regenerándose en dicho trance igual que el ave Fénix. Esto último ha sido causa de que durante siglos se le relacionase con el fuego del Espíritu Santo y otros poderes divinos.

Algo que aún puede verse en la mismísima Virgen del Rocío, en cuyo hombro descansa una privilegiada salamanquesa.

Del mismo modo, en Pentecostés y para purificar los templos, se arrojaban estos reptiles a su interior, junto con lagartijas y salamandras, con quien suelen confundirse las salamanquesas.

Nada tiene que ver con ellas, pero a causa de esta confusión se le ha atribuido el mismo poder venenoso, ya que, éstas sí, segregan por la piel (igual que otros anfibios) una sustancia tóxica irritante para las mucosas.

Ambas tradiciones populares quedan sincretizadas en el dicho que señala que «si te pica una salamanquesa, coge la llave y vete a la iglesia».

Con semejante batiburrillo en la cabeza, el caminante se echa a andar calle de la Soledad abajo desde la otra ermita de Montejo, la de la Soledad, situada justo al lado del Centro de Recursos de Montaña. Al final de la corta calle, seguir por el camino que, a la izquierda, continúa el descenso hasta el arroyo de la Mata.

Desde el caserío se contempla bien la ermita, encaramada en el verde otero que se alza a naciente, así como el corto paseo que la alcanza. Apenas un par de kilómetros, sin más dificultad que cruzar el riachuelo al final de la bajada. En un pispas se recorre el resto de pista, arribando a la prodigiosa pradera en cuyo centro se alza el templete.

El regreso puede hacerse por el mismo camino o recorriendo el prado dirección norte, para descender a una pista que cruza el arroyo del Valle. Por ella alcanzar la carretera entre Montejo y La Hiruela, que tomada a la izquierda lleva al punto de partida.

APOYOS

CENTRO DE TRADICION

Romería. Hasta este pequeño templo llega una romería todos los últimos domingos del mes de mayo. En la amplia pradera, en torno suyo, se celebran bailes, meriendas y demás actos festivos típicos de estas efemérides. La ermita es un edificio que data del siglo XIV y fue restaurada en 1968. Destaca su espadaña de piedra, así como su campana, de 1704.

RUTA CIRCULAR

Pistas. Tanto si se vuelve por el camino de ida, como si se hace la ruta circular (2 horas) por la carretera de la Hiruela, inicio y fin en el Centro de Recursos de Montaña de Montejo de la Sierra.

Información: Tel.: 918 697 058.

Comer: Restaurante La Hontanilla.

(Tel.: 918 697 161). Montejo.

Dormir: Mesón el Hayedo.

(Tel.: 918 697 023). Montejo.

RESERVA DE LA BIOSFERA

Sierra del Rincón. Esta distinción, otorgada en 2005 por el Consejo Internacional de Coordinación del Programa Hombre y Biosfera (MaB Man and Biosphere, en inglés), por la UNESCO, certifica que la comarca del Rincón tiene unos ecosistemas de calidad y que su población mantiene en ellos un uso tradicional que permite potenciar su desarrollo sostenible.

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