Pregunta.- ¿Cuál ha sido el mayor error que ha cometido el Gobierno de Prodi?

Respuesta.- No entender que el electorado de izquierda quería unidad y no discordia, y que el electorado de derechas tiene todo el derecho del mundo a ser tratado con respeto.

P.- ¿Se podría haber evitado la caída del Ejecutivo?

R.- Sí, pero sólo de dos maneras: o bien ampliando la coalición de Gobierno a través de acuerdos políticos, o bien creando a su alrededor un clima de confianza y de consenso tales que hubieran hecho difícil para quien fuera hacerla caer.

P.- ¿Es posible gobernar con una coalición que incluye a partidos tan diversos entre sí como los democristianos o Refundación Comunista?

R.- No, al menos mientras esos partidos estén liderados por personas irresponsables y vanidosas.

P.- Muchos levantan el dedo contra la izquierda radical y la señalan como culpable de lo ocurrido. ¿Es realmente responsable?

R.- Nadie se puede sorprender de lo que ha hecho la izquierda radical, a la que yo prefiero llamar radcon: radicalmente conservadora.La izquierda radical siempre ha dejado muy claro sus propósitos.Prodi y los demás líderes reformistas no han movido un dedo cuando los partidos de la izquierda radical han incluido en sus listas electorales candidatos trotskistas y militantes de diversos movimientos, personas de las que se conocían perfectamente cuáles eran sus ideas y que ahora se encuentran ante el dilema atroz de traicionar al Gobierno o traicionar su propia conciencia.

A mí no me gusta la izquierda radcon, porque no le interesa la verdad y no defiende a los auténticos débiles. Pero puedo entender a personas como Rossi o Turigliatto (los dos senadores de izquierda que el miércoles no votaron a favor del Gobierno, contribuyendo a su caída), o a Franca Rame (la mujer de Dario Fo). Jamás han ocultado sus ideas unidireccionales, ni sus intenciones radicales.Han sido los líderes reformistas los que han fingido no conocerlas cuando, para atraer más votos, los han incluido en sus listas electorales. La culpa no es de los rebeldes, sino de los que los que han permitido que fueran elegidos. Han sido los grandes líderes de la izquierda, los Prodi-Fassino-Rutelli-D'Alema-Bertinotti, los que se han comportado de modo hipócrita e irresponsable.

P.- Usted cree, como sugieren algunos, que la caída de Prodi ha sido fruto de un complot entre el Vaticano y Estados Unidos?

R.- La tesis del complot es ridícula. Sin embargo, puede ser verdad que un Gobierno anticlerical y antiamericano tenga más dificultades para lograr el voto de los parlamentarios más moderados.

P.- La ley electoral aprobada por el Gobierno de Berlusconi, ¿ha jugado también un papel importante en esta crisis, al haber dado a Prodi una escuálida mayoría en el Senado?

R.- La ley electoral es una excusa. Nadie sabe si con la vieja ley electoral el centro izquierda habría logrado la victoria o el número de escaños suficiente para gobernar.

P.- ¿Es posible que Prodi regrese al Gobierno? ¿Aceptaría la izquierda radical formar parte de un Ejecutivo en el que también haya democristianos como Casini o Follini?

R.- Todo es posible en Italia, pero lo que hay que ver es si Casini y a Follini les interesa unirse a una coalición tan desacreditada como ésta. Los líderes de la izquierda radical ya han indicado que aceptarían una ayudita a título individual de parlamentarios de la oposición, porque desean a toda costa conservar los sillones que han conquistado.

P.- ¿Sería mejor convocar unas nuevas elecciones?

R.- Salvo inundaciones o terremotos (y con las coaliciones actuales) las próximas elecciones las ganará el centro-derecha. Así que la pregunta que hay que hacerse es otra: ¿Haría más daño a Italia un Gobierno como el que hemos tenido durante los últimos meses o un nuevo Gobierno de derechas? Yo no sé la respuesta, porque no tengo una bola de cristal. Pero observo un par de cosas: es difícil hacerlo peor que Prodi, aunque si se empeña el centro derecha de hoy, dividido y confuso, incluso podría lograrlo.En este año que ha estado en la oposición la derecha no ha madurado en absoluto, y tiene los mismos problemas de liderazgo y de línea política que tenía en los años del Gobierno Berlusconi.

P.- ¿Es posible un Berlusconi bis?

R.- Lo primero que debemos ver es cuántas coaliciones habrá.Hoy hay dos, pero mañana pueden convertirse en cuatro: izquierda maximalista, izquierda reformista, centro y derecha. Si se mantienen las dos coaliciones que existen hoy, y a menos que ocurra algún evento extraordinario, ganará sin ninguna duda la derecha. Sin embargo, si hubiera dos izquierdas y un centro, podría ocurrir que el centro fuese decisivo e hiciera un poco de balanza, decidiendo si gobierna con la derecha o con la izquierda reformista. Y las cosas aún podrían ser distintas si cambiase de nuevo la ley electoral.Un Berlusconi bis no puede excluirse a priori porque, paradójicamente, el penoso espectáculo que La Unión ha puesto en escena en los 281 días de su Gobierno ha reforzado enormemente a Berlusconi.El principal efecto del Gobierno Prodi en la política italiana ha sido el de hacer más probable el regreso de Berlusconi al Gobierno.

P.- El Gobierno de Berlusconi ostenta el récord de haber sido el más estable de la historia moderna de Italia, con 1.410 días de duración frente a los 281 de Prodi. ¿Fue mejor el Gobierno de Il Cavaliere que el de Il Professore?

R.- Es difícil parangonar ambos gobiernos, porque el de Berlusconi jamás tuvo problemas de mayoría parlamentaria. Es fácil gobernar con decenas y decenas de escaños de ventaja, si bien se le debe reprochar a Berlusconi que con una mayoría así de amplia hiciera demasiado poco para modernizar Italia. Si hablamos de resultados, es demasiado pronto para emitir un juicio. Berlusconi lo ha hecho mejor de lo que en Italia se le quiere reconocer, y Prodi ha hecho menos y peor de lo que la mayoría de los italianos se esperaba.Aunque yo no me siento desilusionado por Prodi, porque nunca me hice ilusiones. Prodi ha hecho precisamente lo predecible en un líder como él.