Sartori responde a las críticas de la Junta Islámica de España
Sr. Director:
Hace algo más de una semana, presenté en Salamanca un informe sobre Inmigración y diversidad cultural: un documento de carácter académico en el cual no expreso apreciaciones negativas, pero cito algunos datos y hechos para establecer la distancia cultural entre nosotros, los europeos, y varias categorías de inmigrantes.Solamente en la última página de mi texto lanzo la idea de una «ciudadanía revocable» para quien la haya adquirido (mediante concesión legislativa).
Desde entonces, he sido acusado de racista, xenófobo, neonazi, demonizador e «incitador al odio». Toda esta cantidad de improperios revela una amenazante prepotencia ideológico-religiosa que quizás me debería intimidar. En cambio no me intimida, sino que empuja a responder tales descalificaciones.
En primer lugar, donde hablo de ciudadanía revocable nunca me refiero a los musulmanes. Por ejemplo, si un colombiano obtiene la ciudadanía española y después se descubre que es un capo de la droga, bajo mi punto de vista debería ser reenviado a casa.
En segundo lugar, no hay ninguna analogía entre mi propuesta, que es aplicada sólo a casos singulares, y las expulsiones en masa de los judíos en el pasado, desde España y desde otros países.
En tercer lugar, en Estados Unidos, la ciudadanía viene retirada a quien la ha obtenido en modo fraudulento, y, por tanto, con declaraciones falsas. Aunque mi propuesta esté motivada por distintas razones, el principio de retiro no es una invención mía peregrina sino que se apoya sobre un auténtico precedente.
Y además es del todo risible (y de analfabetos jurídicos) solicitar a la Fundación Príncipe de Asturias la cancelación del premio que me fue entregado en el 2005. Aquel premio se fundamenta, de manera equivocada o justa, sobre muchas obras y estudios, que, por otro lado, me dan el derecho a un pensamiento libre que evidentemente disgusta a mis oponentes. Giovanni Sartori.Politólogo italiano.
A favor de la suspensión de la entrevista a García
Sr. Director:
Me parece muy bien que la dirección de RTVE decidiera no emitir la entrevista a José María García en el programa de Jesús Quintero, por contener ésta numerosas descalificaciones personales. Ojalá el resto de las televisiones del país tomaran ejemplo.
No se puede seguir permitiendo que, con absoluta impunidad, se sienten en los platós televisivos toda clase de personajes -más o menos célebres, con más o menos currículum- insultando, injuriando, calumniando, faltando al derecho al honor y a la intimidad de toda clase de personajes e instituciones... ¿Esto ocurre en algún otro país de nuestro entorno? Sinceramente, lo dudo. El derecho a la libertad de expresión tiene sus límites. Aunque a los directores de los medios de comunicación, a los programadores de televisión y a los anunciantes se les olvide, con mucha frecuencia.Me alegro de que el nuevo director de RTVE lo tenga claro. Ovidio Sánchez. Madrid.
¿Qué dirán ahora otros sobre el ácido bórico?
Sr. Director:
Enhorabuena por todas las informaciones que su periódico ha publicado sobre el caso del ácido bórico. A pesar de las rechiflas de otros medios de comunicación, parece que los hechos y las decisiones judiciales van poniendo a cada uno en su sitio. Marta Alcañiz.Toledo.
Fe de errores
Por un fallo de impresión, en la página 6 del Magazine de este fin de semana no aparece un texto en De Vicio Verde, que será publicado en el próximo número.
También en Magazine, en la información sobre la nueva revista de salud OKS, se dice erróneamente que dicha publicación es semanal, cuando es mensual.
Por otra parte, el pasado miércoles, en una información sobre Israel se publicó que en el 'kibutz' de Degania había nacido Moshé Dahlan, cuando debía haber aparecido Moshé Dayan.