REAL SOCIEDAD 0
DEPORTIVO 1
Bravo
Gerardo
Mikel González
Víctor López
Rekarte
Prieto
Garitano
Aranburu
Savio
Herrera
Kovacevic
Cambios: Alonso por Garitano (min. 76) s.c.
Díaz de Cerio por Herrera (min. 76)
s.c.
Novo por Gerardo (min. 85)
s.c.
Aouate
Coloccini
Lopo
Andrade
Capdevilla
Estoyanoff
Sergio
De Guzmán
Cristian
Arizmendi
Taborda
Cambios: Verdú por De Guzmán (m. 46)
Rodríguez por Taborda (min. 65)
Filipe por Cristian (min. 78)
s.c.
Arbitro: Turienzo Alvarez
Tarjeta amarillas Rekarte, De Guzmán, Sergio, Arizmendi.
Tarjeta roja: No hubo.
Goles: 0-1, min. 28: Arizmendi.
ANOETA. 18.000 ESPECTADORES
SAN SEBASTIAN.- No jugó menos que el Deportivo, ni peor. Pero terminó como casi siempre, perdiendo. Y van 14 derrotas, de las que con la de anoche ocho las ha cosechado en Anoeta. La Real Sociedad viene enfilando la pendiente del descenso a Segunda División a una velocidad desconocida en San Sebastián, por lo menos desde hace más de 40 años.
Sin un patrón de juego definido, moviéndose a impulsos, siempre con la acuciante necesidad de ganar, algo que en la presente campaña sólo ha logrado dos veces, hasta rezar por su salvación carece de sentido, si es que todavía alguien mantiene la fe en esta Real.
Ayer fue el Deportivo el que rentabilizó al máximo su visita a Anoeta. Cierto es que el gol con el que fue cimentando su triunfo pudo ser anulado si el trío arbitral hubiera caído en la cuenta de que en la acción determinante Taborda tocó el balón con la mano antes de que su compañero Arizmendi lo subiera al marcador. Pero el conjunto guipuzcoano tampoco tiene derecho a reclamar o protestar cuando entre sus filas se multiplican los errores en cada comparecencia pública.
Más les valdría a los pupilos de Miguel Angel Lotina afinar la puntería, en especial a los dos atacantes que colocó el técnico de Meñaka sobre el césped. Sabido es que Kovacevic lleva una campaña desastrosa, sin una sola diana en su cuenta particular. Y ayer el argentino Herrera se lució. Tuvo tres buenas ocasiones, una de ellas servida por su compañero serbio, y las tres las envió fuera del campo, sin que el portero Aouate se tuviera que asustar lo más mínimo.
El orgullo profesional empujó esporádicamente a los realistas a buscar el empate antes del descanso, pero no lo consiguió, ni tampoco después.
Fue posiblemente Savio el blanquiazul con mayor criterio futbolístico. Dado que sus colegas de formación prescindieron de sus servicios en la banda izquierda, el brasileño decidió erigirse en jefe de maniobras desde una posición más centrada. Su esfuerzo fue inútil.