Bajando por el Paseo Imperial, a medio kilómetro de distancia, se podían ya oír los disparos con pelotas de goma de la Policía. Faltaba más de una hora para que empezase el partido, pero estar bebiendo desde las 17.00 horas produjo los efectos previsibles en los tipos del Frente Atlético: tres heridos, uno con fractura de rodilla, otro de muñeca y un tercero con esguince de hombro fueron trasladados anoche al Hospital Clínico de Madrid a causa de los disturbios previos al derbi.
Además, 12 personas tuvieron que ser atendidas en el campo tras el gol de Torres al ceder una valla del fondo sur, y caer desde una altura de dos metros. Antes los radicales ya habían destrozado media docena de coches en las inmediaciones del Calderón, la mayoría unidades móviles de emisoras de radios. No hicieron distinción entre la Ser, la Cope, Onda Madrid o Radio Marca. Otros periodistas, que habían dejado sus coches particulares en la zona habilitada, también tendrán que ir hoy al taller.
Tras ese ataque a los vehículos se produjo la primera carga policial, a eso de las 19.15 horas. Varias furgonetas de la Unidad de Intervención Policial también fueron atacadas a su llegada al Calderón por un grupo que se dedicó a tirar botellas de cristal sobre la Policía. Desde ese momento hasta media hora antes de iniciarse el fútbol, la tensión en la zona del fondo sur, en la calle, era más que evidente. Varios fotógrafos que intentaban captar imágenes de los incidentes fueron amenazados por sujetos que, en algunos casos, apenas rozaban, por lo bajo, la mayoría de edad.
Pelotas de goma contra botellas, llaveros, piedras y toda suerte de utensilios que los radicales encontraban en los aledaños de los bares cercanos al estadio, donde habían pasado la tarde en espera de diversiones mayores. En mitad de ese escenario se movía el público normal, los más atrevidos acercándose a la zona de los enfrentamientos y los que tenían menores a su cargo rezando por lo bajo.
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