Los actos vandálicos se produjeron poco después de que el responsable de Askatasuna, Juan María Olano, advirtiera de que «hay demasiados políticos que están tentando a la suerte, y esto se tiene que acabar. La paciencia de un pueblo tiene límites».

Dos detenidos, uno de ellos Permach, y 17 heridos, fue el balance de una tarde de violencia que colapsó las urgencias del hospital de Basurto. La detención de Permach se produjo cuando la Ertzaintza se dirigió a él para pedirle que se identificara, momento en que éste mostró el EHNA, el documento de identidad vasco que promueve la izquierda abertzale. La Policía Autónoma Vasca, que acusa a Permach de un presunto delito de desacato, lo llevó esposado en una furgoneta a dependencias policiales, donde seguía al cierre de esta edición.

Los violentos cruzaron e incendiaron contenedores en varias calles simultáneamente y arrojaron objetos contra la Policía, en torno a la calle de Doctor Areilza. La manifestación había girado hacia este lugar al no poder continuar por la calle de Autonomía, itinerario del recorrido oficial, y allí los convocantes protagonizaron una sentada.

La Ertzaintza instó a los manifestantes a deponer su actitud y, ante su negativa, los policías cargaron con material antidisturbios y detuvieron al líder abertzale, que acudió a la manifestación junto con otros dirigentes del entorno de Batasuna como Olano, Pernando Barrena, uno de los 17 heridos ayer, Arnaldo Otegi o la abogada de presos de ETA Arantza Zulueta.

La Ertzaintza impidió a los convocantes reunirse en la plaza de Aita Donostia, de donde debía partir una manifestación convocada hasta en tres ocasiones y otras tantas veces prohibida por la Audiencia Nacional.

Los agentes cortaron la calle de Autonomía y entonces los manifestantes, que coreaban eslóganes en favor de José Ignacio de Juana Chaos, y contra el PNV, giraron hacia el recorrido alternativo por Doctor Areilza, epicentro de una batalla campal que después se trasladó a la Gran Vía, la plaza Circular y el Casco Viejo. Varias personas resultaron heridas como consecuencia de los incidentes, que colapsaron el tráfico en el centro, atestado de gente. El tumulto fue tal -contenedores volcados, persecuciones...- que EuskoTran decidió suspender el servicio de tranvía en la capital vizcaína a partir de las 20.10 horas.

Juan María Olano culpó al lehendakari. «Responsabilizamos a Ibarretxe y al tripartito que gobierna de esta prohibición, y exigimos que superen el cinismo que están manteniendo. Por una parte, piden a un sector de este país que haga política y, por otra, se nos impide expresar nuestras ideas y reivindicaciones en la calle», señaló el portavoz de Askatasuna, quien advirtió de que con la prohibición sólo se conseguiría que hubiera «100 manifestaciones».

Olano aseguró que, «en estos tiempos en los que todo el mundo habla de paz, es incomprensible e inaceptable que se prohíba a miles de personas manifestarse por objetivos tan dignos como la autodeterminación y la amnistía».

Durante la manifestación, la mayoría de las proclamas tenían como objetivo el PNV, al que se acusó de «esclavo de los españoles», y sobre el que Olano lanzó sus acusaciones. «Al PNV le decimos que no vale poner la pelota en el tejado de Madrid o París, son ellos los que han tomado la decisión de prohibir la manifestación. Hay miles de personas que llevamos años sufriendo sin derecho a manifestarnos», concluyó.

De «masacre» tildó el portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, los incidentes registrados ayer en Bilbao. En declaraciones a Radio Euskadi, Otegi manifestó que, desde su punto de vista, «lo ocurrido hoy [por ayer] tiene un responsable o responsables nítidos», añadió.