En la obra, Buchheim refleja su experiencia en un sumergible VII-C de la Alemania nazi, el U-96, en los últimos días de la II Guerra Mundial durante una complicada misión de patrulla. Aunque ya había sido destinado a otras embarcaciones, entre ellas varios destructores, es su misión en este submarino, enviado como periodista y fotógrafo por el ministerio de Propaganda, y donde tomó cerca de 5.000 fotografías que sobrevivieron al conflicto, lo que le permitirá permanecer en el imaginario público.

En sus páginas, donde no cabe glorificación alguna de la guerra. Una joven tripulación muy alejada de los estereotipos nazis refleja el sufrimiento y la angustia constante de unos hombres encerrados en pocos metros y que viven cada permiso como si fuera el último.

Pero Buchheim, el hijo pequeño de la pintora Charlotte Buschheim, con su característico parche negro en el ojo izquierdo, resultado de una operación quirúrgica fallida, era más conocido en su Alemania natal como coleccionista y editor de libros de arte, amén de por sus facetas como escritor y pintor, sin olvidar su fuerte carácter.

Buchheim fallecía el pasado jueves de un fallo cardiaco en su residencia de Feldafing, en el católico estado de Baviera. «La definición de coleccionista quizás no sea correcta, pues yo simplemente quise estar rodeado de cuadros pero no acumular obras de arte», señalaba en una entrevista cuando ya había decidido presentar al público todas sus obras acumuladas desde antes de la guerra.

Tras dos intentos fallidos, primer en el Museo Lehmbruck de Duisburg y después en su propio lugar de residencia, Feldafing, a orillas del lago de Starnberg, en unas negociaciones estas últimas que le llevaron a llamar «sumidero de ratas» y «pozo de ranas» a sus autoridades locales, finalmente abre su propio Museo de la Fantasía en la cercana localidad de Bernried, en un edificio del arquitecto Günther Behnisch, adentrado 12 metros sobre el lago.

Allí se exponen sus vastos fondos de pintores expresionistas alemanes, que comenzó a reunir antes de 1939 cuando esta escuela era considerada «degenerada» por los nazis. Tras la guerra, en su vertiente de editor de obras de arte, se dedicó a una intensa labor de rehabilitación de sus miembros, entre ellos Kirchner, Heckel, Schmidt-Rottluf y Rechstein, todos ellos exponente del movimiento Die Brücke (el puente, 1905-1913). En el mismo museo se alojan sus propias pinturas y una colección de trabajos artesanales de todo el mundo, otra de arte popular bávaro e incluso una de objetos de culto africanos y otras culturas no europeas.

Aunque nacido en Weimar en 1918, seis años después se traslada con su familia a Rochlitz para acabar con 14 Chemnitz, junto al mar, y donde acabará siendo conocido como «el niño-pintor maravilla» por sus primeras telas. En 1937 realiza un viaje a Italia con cuyas experiencias edita su primer libro, Tage und Nächte steigen aus dem Strom (los días y las noches nacen del río). Dos años después estudia arte en Dresden y acaba como profesor en Múnich.

Tras la guerra, realizará numerosos viajes para pintar, entre ellos España y Estados Unidos. «Alemania pierde a una de sus personalidades del arte más impresionantes», destacaba ayer Horst Köhler, presidente del país, en su telegrama de condolencia.

Lothar Günther Buchheim, escritor alemán y coleccionista de arte, nació el 6 de febrero de 1918 en Weimar y falleció el 22 de febrero de 2007 en Feldafing.