La montaña rusa, el mirar hacia arriba y luego hacia abajo constantemente, está en el punto más alto de toda la temporada. Tres victorias consecutivas dan para mucho. Ernesto Valverde lo sabe, y tras el partido su semblante irradiaba felicidad. «Tenemos los puestos de arriba no muy lejos y [el triunfo] ha sido un salto importante para asentarnos y poner distancia con los de atrás. Hay que llegar a los 42 puntos cuanto antes, pero nuestra intención siempre es mirar hacia arriba», declaró. La racha de victorias del Espanyol asciende ya a cinco -Celta, Mallorca, Osasuna y las dos contra el Livorno-, hecho inaudito en una temporada en que el equipo parecía abonado a los empates.

Y, además de ganar, el equipo juega bien, con autoridad y puntería en ataque. Todos los delanteros mojan. Ayer fue el turno de Coro, un balón de esperanza para el salvador de la entidad en una temporada en la que le está costando hacerse un hueco en el esquema de Valverde. Y, por supuesto, también marcó Tamudo. Su inspiración y liderazgo es fundamental.

«Hemos hecho un buen partido. El campo ha acusado los últimos encuentros, el césped se levantaba y bastante y hacía complicado el control del balón. En el primer tiempo hemos tenido ocasiones para meter algún gol más», resumió el técnico blanquiazul. Destacó que Osasuna «acusó más» el esfuerzo de la semana» por el partido contra el Girondins, resuelto por los navarros en la prórroga, al tiempo que resaltó que el Espanyol «salió bien a la contra».

Por su parte, Cuco Ziganda se resignó con la derrota: «Ha sido una mala resaca de la UEFA. Hemos intentado prevenir, pero no ha habido manera, no estábamos, nos ha costado muchísimos, no había frescura y hemos perdido justamente».