El marcaje de Timoteo Zuzulova agotaba sólo con mirarlo. Las puertas 9 a 14 y las del muro final obligaban, por cerradas, a una continua basculación del peso del cuerpo, ora a la derecha, ora a la izquierda, mediante movimientos de caderas y juego de piernas que parecían prolongarse hasta el infinito. A su hija, como es lógico, le fue bien, terminó tercera en esa manga. En cambio, la reina de Are, Anja Paerson, no pudo con tanto traqueteo, hizo un interior y se salió. La que barrió fue Marlies Schild, la estupenda esquiadora austriaca, que comparte victorias, colores y sentimientos con Benjamin Raich. Marlies hizo una primera bajada excepcional, dejando para el arrastre a su perseguidora en la general de eslalon de la Copa del Mundo, la sueca Therese Borssen, perdida en la 13ª posición, a 2,24 segundos; un mundo en esta disciplina para una sola manga.

«La verdad es que es una pista difícil, pero se deja esquiar; quise aprovechar el salir la primera en la manga inicial, y me fue bien», comentaba Schild al termino de la prueba.

Globo.

Sólo le quedaba a la austriaca mantener el tipo en la segunda manga y alcanzaría el pequeño globo de cristal que premia a los campeones de la temporada en cada modalidad. Dicho y hecho. El segundo trazado no tenía tantos cambios de ritmos, era más redondo. De los que exigen no perder la línea. Schild no la perdió, y se embolsó su sexta victoria de las siete pruebas celebradas. Segunda quedó la finlandesa Tanja Poutiainen, la única que en Sierra Nevada ha hecho dos podios: fue tercera en el gigante del sábado, y el tercer lugar del cajón fue para la eslovaca Veronica Zuzulova, la hija de Timoteo. Corrió una española, la juvenil Mireia Clemente; salió con el dorsal 56 y quedó la 41.

Marlies Schild sale también de Granada con el liderato provisional de la general de la Copa del Mundo. «La verdad es que estos días han sido muy provechosos para mí. Me llevo un magnífico recuerdo de Sierra Nevada». La jornada también fue positiva para su compañero sentimental, Benjamin Raich. Subió al podio (tercero) en el eslalon de Garmisch, prueba ganada por el austriaco Mario Matt.