D. CORDERO / E. MALLOL
BARCELONA/VALENCIA.-
El comité ejecutivo del Consejo Intertextil (CIE) escogerá mañana a su nuevo presidente. Josep Casas, máximo representante del Gremio de Fabricantes de Sabadell, cuenta con todos los números para convertirse en el sucesor de Adrià Serra y cerrar, de paso, la crisis que en los dos últimos años ha atenazado a la gran patronal española del sector.
Casas contará con el apoyo de los siete presidentes de las organizaciones presentes en el CIE y, de paso, su nombramiento servirá para frenar la amenaza de la organización valenciana Ateval de abandonar el grupo y avivar el cisma textil. Ateval da hasta seis meses para que Casas inicie reformas en la forma de funcionar del Consejo intertextil, con la prioridad de que desaparezca la política de consensos unánimes para tomar decisiones en firme. El objetivo es alcanzar la toma de decisiones por mayorías, y teniendo en cuenta votos ponderados: cada organización pesa lo que aporta con afiliados en la patronal.
Casas fue nombrado presidente de la organización sabadellense el pasado mes de diciembre con el objetivo de que se convirtiera en el nuevo presidente del Consejo Intertextil. Serra, presidente en funciones desde el pasado 19 de diciembre, no ha tenido un mandato fácil y ya asumió que abandonaría el cargo en diciembre, después de un único mandato de dos años que podría renovar una vez.
Serra no sólo se ha visto inmerso en una de las mayores crisis del sector textil durante los dos últimos años, agravados por la supresión de los aranceles europeos para la mayor parte de los productos asiáticos. A ese proceso, que en 2006 contribuyó a la destrucción de 20.000 empleos textiles en España, se ha sumado la negociación con el Gobierno para elaborar un plan de choque que permita reconvertir los modelos empresariales en otros más competitivos y conseguir ayudas para asumir los nuevos recortes de plantilla que se esperan en los próximos años.
El propio Serra se ha visto inmerso en ese proceso de desmantelamientos fabriles. Pese a ser el representante del cambio de modelo productivo del sector, su empresa Dresca se vio obligada en julio pasado a presentar concurso de acreedores con un pasivo cuantificado en 10 millones de euros. Así, Serra padecía los mismos males que su predecesor en el cargo, Amadeu Cazador, quien dejó la presidencia del CIE después de que Viscosán, de su propiedad, cerrara tras suspender pagos.
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