SERGIO PICCIONE. Enviado especial
PUNE (INDIA).-
India puede doblar su producción de automóviles al final de la década y alcanzar los tres millones de unidades. Sólo Tata Motors tiene previsto llegar al millón de unidades producidas para esa fecha. Y, para entonces, Mahindra estará produciendo cerca de medio millón de Dacia Logan al año en colaboración con Renault. Maruti Suzuki mantiene su progresión y otras marcas como Toyota, Honda, Ford, General Motors y Volkswagen tienen igualmente planes para incrementar las suyas.
Casi todo el esfuerzo de estas compañías va destinado a satisfacer la demanda interna, pero hay quien, como Tata, ve la posibilidad de exportar desde India a otros países de la zona. No obstante, la competitividad de la producción en India está basada sobre todo en el bajo precio de la mano de obra, que debería evolucionar rápidamente. Tomando como ejemplo la factoría de Tata en Pune, la principal de la compañía, -actualmente tiene tres centros y construye dos más- los datos comparativos con la industria europea demuestran que existe una ventaja, pero no abismal.
En esta planta de Tata trabajan 5.000 operarios durante ocho horas al día. Lo hacen en tres turnos salvo en el ensamblaje final y en la línea de motores Euro IV, que sólo tiene dos. Esta diferencia de horario se debe al alto nivel de integración de la planta y a la demanda moderada de los Indica e Indigo en los países que exigen esa norma de emisiones.
Los sueldos de estos operarios oscilan entre los 300 y los 500 euros al mes, trabajando seis días a la semana. Curiosamente, en Tata se para el jueves, no por ningún motivo tradicional o religioso, sino porque es el día que la empresa debe parar su actividad para repartir mejor el suministro de energía entre toda la industria. Esto supone una jornada anual de trabajo de unos 310 días, 85 más que en Europa.
Pero no todo es de color de rosa. El tiempo medio de montaje de un Indica es de 38 horas por coche. Si se descuentan las ocho horas que supone el ensamblaje del motor y la caja de cambios, quedaría en 30 horas, una cifra muy alta si se compara con las 12 a 14 horas que se emplean en Europa para coches similares pero más equipados.
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