PARISA HAFEZI. Reuters / EL MUNDO
TEHERAN.-
El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, aseguró ayer que no dará marcha atrás en su programa nuclear, al tiempo que un viceministro de Asuntos Exteriores se atrevió a ir todavía más lejos y, desafiante, advirtió que Teherán está preparado para cualquier eventualidad, «incluida la guerra».
Este torrente de declaraciones se produce antes de la reunión prevista para esta semana en Londres, en la que funcionarios del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas más Alemania considerarán la posibilidad de tomar nuevas medidas contra Irán, tras la imposición de sanciones limitadas el pasado mes de diciembre.
«Irán ha conseguido la tecnología para producir combustible nuclear y nuestra trayectoria es como la de un tren, que no da marcha atrás», dijo Ahmadineyad durante un discurso en Teherán recogido por la agencia ISNA.
Estados Unidos reiteró sus llamamientos para que Irán suspenda el enriquecimiento de uranio, un proceso que según Washington está encaminado a fabricar bombas nucleares. Irán, que insiste en que sólo quiere obtener combustible para generar electricidad, ignoró la semana pasada el plazo dado por la ONU para que suspendiera el enriquecimiento y tuvo que escuchar un duro informe de ElBaradei.
«Ellos no necesitan dar marcha atrás. Necesitan un botón de detención», aseveró ayer la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, a la cadena de televisión Fox News. Rice afirma que su propuesta para reunirse con el ministro de Asuntos Exteriores de Irán u otros funcionarios seguía en pie si la República Islámica suspende las labores de enriquecimiento. Estados Unidos insiste en que quiere una solución diplomática al conflicto, pero no ha descartado una acción militar si fracasa esa vía y diversas fuentes hablan de que ya existe un plan.
El vicepresidente estadounidense, Dick Cheney, dijo el sábado que las ambiciones atómicas de Irán debían ser reprimidas y que «todas las opciones» estaban sobre la mesa. El país asiático acepta el pulso y asegura que Washington no está en posición de atacar cuando sus tropas están desplegadas en Irak. Sin embargo, mantiene que está preparado por si acaso. «Nos preparamos para cualquier situación, hasta para la guerra», dijo Manuchehr Mohammadi, uno de los viceministros del Ministerio de Asuntos Exteriores, en una conferencia de prensa en la ciudad de Isfahan.
Esta escalada en la tensión coincidió ayer con el anuncio iraní de que ha realizado «con éxito» su primera prueba para lanzar al espacio un cohete de fabricación nacional, según informó la televisión Al Alam. La fuente señaló que transporta «equipo para investigación» y explicó que fue fabricado por científicos iraníes. El director del Instituto Aeroespacial, Mohsen Bahrami, calificó ese paso de «punto de partida en la marcha del desarrollo iraní en las investigaciones sobre el espacio». Se trata de un cohete suborbital, no de un misil capaz de llegar al espacio, como informó inicialmente la televisión estatal.
Algunos medios estadounidenses adelantaban ayer una exclusiva de The New Yorker. Según el semanario, el Pentágono ha creado un grupo especial para planificar un ataque con bombas contra Irán, que entraría en funcionamiento en un plazo de 24 horas tras recibir la luz verde del presidente Bush. En la edición que publicará el próximo 4 de marzo, la publicación, que cita como fuente a un alto oficial del ejército, subraya que el grupo depende del Estado Mayor conjunto de Estados Unidos y que fue creado hace unos meses para centrarse en la planificación de la destrucción de las instalaciones nucleares.
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