DAKAR.-
La afluencia masiva a las urnas y algunos fallos en la organización caracterizaron ayer las elecciones celebradas en Senegal, en las que el presidente Abdoulaye Wade aspira a renovar su mandato frente a otros 14 aspirantes.
Los votantes formaron largas colas ante los centros electorales de la capital, Dakar, y en el interior del país. Además de la asistencia masiva, sobre un censo de casi cinco millones de electores, la nota dominante fue la llegada tardía de los agentes encargados de las mesas de votación y la falta de papeletas de algunos candidatos, lo que ocasionó en algunos casos retrasos de dos horas en el comienzo de la votación.
La tinta indeleble también fue objeto de controversia, ya que los representantes de la oposición pusieron en duda la fiabilidad de un elemento fundamental que garantiza la transparencia del voto. «La tinta desaparece fácilmente», se lamentaba Mamadou Ba, dirigente de la Liga Democrática (LDMPT). Ba dijo a la emisora local Sud FM que había comprobado personalmente el producto y sus protestas interrumpieron el proceso de votación en su colegio electoral, mientras exigía una tinta que fuera de verdad indeleble.
El secretario ejecutivo del Encuentro Africano para la Defensa de los Derechos Humanos (RADDHO), Alione Tine, lamentó los fallos registrados y dijo que han sido comprobados por los cientos de observadores desplegados por todo el país. «La realidad más visible es la participación masiva de los electores y su comportamiento responsable, votando en calma y con disciplina», dijo Tine a Efe.
Observadores extranjeros
Varios aspirantes presidenciales de la oposición denunciaron maniobras del Gobierno y del grupo gobernante, el Partido Democrático Senegalés (PDS), para favorecer la victoria de Wade desde la primera ronda y evitar así una segunda vuelta. Los informes del Ministerio de Interior en cuanto a la participación masiva en las urnas apoyan también sus posibilidades de triunfo, a juicio del mandatario. Unos 2.000 observadores nacionales y 450 extranjeros vigilaron el desarrollo de las votaciones en cerca de 12.000 mesas.
Los cuatro senadores españoles presentes como observadores alabaron el «espíritu cívico del pueblo senegalés», manifestado a través de la participación masiva en el escrutinio y la calma de las operaciones. «Hemos asistido a una jornada electoral muy tranquila que se ha desarrollado con absoluta normalidad, y lo pone de manifiesto que en el seno del pueblo senegalés la cultura cívica y democrática está absolutamente consolidada», dijo a Efe el presidente de la comisión de Asuntos Exteriores y Cooperación del Senado, Segundo Bru. La delegación de observadores españoles, integrada también por Iñaki Anasagasti (PNV), Ignacio Cosido (PP) y José Castro (PSOE), visitó una docena de centros de votos de la capital.
Senegal es uno de los raros países de Africa que no ha sufrido un golpe de Estado desde su independencia, en 1960, y está dirigido por Abdoulaye Wade desde el año 2000. Su victoria entonces terminó con cuatro décadas de gobiernos socialistas.
Si ningún candidato logra la victoria en la primera vuelta por mayoría absoluta, el próximo 18 de marzo tendrá lugar la segunda vuelta.
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