Lunes, 26 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6280.
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Estar con las víctimas
JAVIER ORTIZ

El PP se manifestó el sábado en Madrid porque, según dicen sus dirigentes, tienen el deber de «estar con las víctimas».

Empecemos por ahí: ¿qué es «estar con las víctimas»? Porque ese imperativo puede entenderse de diversos modos. Cabe «estar con las víctimas» en el sentido de apoyarlas, arroparlas y asistirlas moral y materialmente, lo que no sólo está bien, sino que es de elemental justicia. Otra cosa es seguir sus consignas políticas. Porque ningún padecimiento otorga clarividencia. Nadie, por el hecho de haber sido víctima del terrorismo, tiene garantizada ni la infalibilidad de sus análisis ni la adecuación de sus propuestas.

Antes al contrario. Los juristas suelen decir que ningún abogado que se vea acusado de un crimen debe cometer el error de asumir su propia defensa ante los tribunales. Corre el riesgo de perder la calma y obnubilarse ante las acusaciones, de centrarse en aspectos que él ve como esenciales para su honor y buen nombre, pero que son perfectamente secundarios en la causa...

Algo muy parecido cabe decir de las opiniones y opciones políticas de las víctimas del terrorismo. Es más que probable -y muy comprensible, sin duda- que el trauma que arrastran condicione de manera decisiva su visión de la realidad y no les permita mantener la ecuanimidad y la ponderación que son necesarias para la buena conducción de los asuntos públicos. Nadie puede reprocharles que sientan un enorme deseo de venganza; no obstante, es fácil entender que una sociedad sana no debe tener como principal criterio rector la búsqueda de unas u otras venganzas.

Pero es que, además, ¿cómo apoyar los deseos políticos de las víctimas, si ellas mismas distan de tener puntos de vista homogéneos? Estos días lo hemos podido ver con total claridad: Mikel Buesa, hermano de Fernando Buesa, asesinado hace siete años, asume en público los postulados del PP; Natividad Rodríguez, viuda del dirigente socialista alavés, está en sintonía con el Gobierno central; en fin, Jon Buesa, también hermano de la víctima, respalda al PNV. ¿A cuál de ellos habría que dar prioridad para «estar con las víctimas»?

En cierta ocasión oí a un dirigente del PP responder a esto diciendo que ellos apoyan a la AVT porque es la asociación de víctimas que cuenta con más afiliados. Pero ese argumento se vuelve en su contra cuando se trata de las víctimas de los atentados del 11-M, que no son menos víctimas que las de ETA. En el caso de los afectados por la matanza del 11-M, el PP ha tomado partido por asociaciones minoritarias, porque no quiere ver ni en pintura a la encabezada por Pilar Manjón.

Lo cual revela que no apoya incondicionalmente a las víctimas, sino sólo a las víctimas que asumen sus planteamientos políticos. Es decir, que va a lo suyo, víctimas mediantes.

Quod erat demostrandum, que decían los euclidianos.

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