Los científicos deben dudar de cualquier afirmación y corregir los errores (J. R. Oppenheimer)
OPINION
Impresiones
Nos cuentan que...
en pleno debate de los magistrados del Tribunal Constitucional sobre la recusación de Pablo Pérez Tremps, formulada por el PP para que este jurista no participara en los debates sobre el Estatuto catalán, se produjo un desagradable incidente. Un familiar cercano del magistrado recusado recibió en su domicilio de Madrid un anónimo en el que se proferían por escrito duros insultos hacia la persona de Pérez Tremps y se le acusaba de buscar la «ruptura de España». La presidenta de la institución, María Emilia Casas, fue inmediatamente informada de la misiva, cuya existencia fue trasladada también a todos los magistrados mediante una comunicación interna. Varios de ellos llamaron por teléfono a Pérez Tremps para expresarle su rechazo a la carta y mostrarle su solidaridad. No obstante, en el Tribunal Constitucional están acostumbrados a presiones más intensas que ésa y el intolerable anónimo no tuvo influencia alguna en las discusiones que siguieron después sobre la recusación. El asunto preocupó también a los servicios de seguridad del Alto Tribunal, para los que la circunstancia de que el escrito fuera enviado a la casa particular del familiar del magistrado y no a la propia sede del Constitucional, públicamente conocida, fue motivo de alerta.