Una opinión muy bien fundamentada
Sr. Director:
El artículo que publica cada domingo debería ser de recomendada lectura en cualquier facultad de Periodismo o de Ciencias Políticas del mundo, sobre todo porque demuestra cómo llegar a explicar una opinión o razonamiento utilizando para ello una vasta cultura (de la de verdad, no de la de los actores).
Miguel Coca. Madrid.
La contaminación con DNT no es posible
Sr. Director:
Soy un lector habitual de EL MUNDO desde que empezaron con la investigación del 11-M y me encantan sus artículos del domingo. Acabo de leer Las dos caras de Hovstad y me ha parecido magistral. Respecto a los últimos escritos donde se decía que la Goma 2 ECO se podía haber contaminado con dinitrotolueno al efectuar el cambio en el proceso de fabricación por la Goma 2 EC, le puedo garantizar al 100% que eso no es posible. He trabajado 22 años como ingeniero técnico en la fábrica de Galdácano y conozco todos los procesos de fabricación, así como las normas sobre seguridad, limpieza y mantenimiento que se suelen aplicar tanto a las instalaciones de la fábrica de Galdácano como a la de Páramo de Masa (Burgos). Les animo a que sigan en su empeño y que se pueda esclarecer la verdad que todos los españoles con sentido común deseamos. Es una vergüenza que este Gobierno nos esté engañando permanentemente.
Javier Formentín. Correo electrónico.
Intolerable regreso de la censura a RTVE
Sr. Director:
Como espectador de TVE, contribuyente a su sostenimiento y ciudadano español, considero un atentado a mi derecho fundamental a recibir informaciones y opiniones por cualquier medio de comunicación y sin sometimiento a ningún tipo de censura previa, la decisión de TVE de vetar la entrevista que Jesús Quintero había realizado al periodista José María García, justificada en los supuestos insultos y descalificaciones de éste a terceras personas. Me parece inconcebible en un régimen democrático que unos pocos decidan qué opiniones podemos recibir los ciudadanos y cuáles no.
En un Estado de Derecho cualquier persona dispone del amparo de la Justicia en el caso de haber sido injuriado o calumniado públicamente. Por lo tanto, ninguna autoridad que no sea un juez debería atribuirse el derecho de vetar la emisión de una entrevista, y menos hacerlo en una televisión pública que pagamos todos los españoles. ¿Éstos son los que nos van a educar para la ciudadanía?
David Moreno Orduña. Madrid.
La ministra Salgado debe dejar el cargo
Sr. Director:
Después de la retirada de la ley del alcohol, la ministra Salgado, la que parece una institutriz de niños díscolos, debe dimitir porque ésta ha sido una apuesta personal y numantina, ha soliviantado a un importante sector de la economía, ha puesto en peligro un aspecto cultural y ha tocado las narices a media España. Con su ley anticultura hispana, más parece una aprendiz de Esquilache que ministra responsable. Considero por todo ello que Salgado debe marcharse.
Domingo Martínez. Baños de Valdearados (Burgos).
El problema de la disciplina en la escuela
Sr. Director:
¿De verdad la solución al problema de la violencia en las aulas es introducir en los centros la figura de la autoridad personificada en un policía, como propone el PSOE? La suerte que tendrá el poli de guardería es que probablemente ningún alumno y ningún padre se atreva a insultarle o a abofetearle porque las leyes son bastante más severas cuando el sujeto de la agresión es un miembro de las fuerzas del orden. Pero también es posible que el sacrosanto derecho a la educación y la Ley del Menor le conviertan en una figura decorativa y pintoresca dentro de la comunidad educativa. Si esta propuesta socialista acaba por hacerse realidad, yo también me atrevería a pedir un juez de guardería para que asumiera ese farragoso trabajo de juez instructor que tiene que ser desempeñado por un profesor cuando se tramita un expediente sancionador a un alumno por una falta grave y que, aparte de durar meses, le supone una dedicación y un trabajo que le distrae de su función docente. Sería ciertamente asombroso saber cuántos alumnos eluden el expediente sancionador por falta de profesores voluntarios para convertirse en instructores de expedientes que, posiblemente, al final queden en la nada.
Ya no me extrañaría que un día a alguien se le ocurriera que los docentes fuéramos uniformados con botas militares y una porra en el cinto o que se pusieran en las aulas peceras de cristal, como en los juicios, para los profesores. ¡Con lo fácil que sería modificar algunas leyes para restituirnos parte de la autoridad que la LOGSE nos quitó y que la LOE ha olvidado concedernos!
Teresa González. Madrid.