Lunes, 26 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6280.
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 OPINION
Obituario / MARIO CHANES DE ARMAS
El preso político que más estuvo en la cárcel
Encarcelado por Batista, hizo la revolución con Fidel y bajo su mandato pasó en prisión 30 años: aún más que Mandela
RAUL RIVERO

Un infarto mató este sábado en Miami a Mario Chanes de Armas, el preso político que más tiempo pasó encarcelado a lo largo del siglo XX. Aún más que Nelson Mandela. Entró en prisión el 17 de julio de 1961 y salió de la cárcel del Combinado del Este de La Habana la mañana del 16 de julio de 1991.

Se le acusó de «conspirar de palabra» y más tarde de intento de asesinato a Fidel Castro. Chanes negó siempre los cargos y aseguró que se trataba de una acusación falsa para sacarlo del escenario político. Durante el proceso de investigación no se le encontraron armas ni documentos que lo comprometieran en planes de acciones violentas.

Chanes, nacido en octubre de 1926 en la barriada habanera de Mariano, había estudiado en la escuela pública y comenzó a trabajar muy joven en el sector del comercio. Allí se destacó enseguida como un carismático líder sindical. Indignado por el golpe de estado de Fulgencio Batista en marzo de 1952, se integró a la lucha contra la tiranía. En julio de 1953 y bajo las órdenes de Fidel Castro, participó en el asalto al Cuartel Moncada de Santiago de Cuba. Al abortarse el ataque fue arrestado junto a los hermanos Castro y otros participantes. Lo condenaron a 10 años de prisión que debía cumplir en la isla de Pinos, a 100 kilómetros al sur de la capital cubana.

Dos años después salieron libres mediante una amnistía y organizaron en México la expedición del yate Granma, que llegó a la costa oriental cubana en diciembre de 1956. Chanes escapó de la persecución de las fuerzas represivas y trabajó en la organización del movimiento clandestino en las ciudades hasta el triunfo del 1 de enero de 1959.

Cuando el proceso viró hacia el comunismo, Chanes, decepcionado y molesto, se desmarcó y trató de regresar a su vida ciudadana. «Los que nos decidimos a combatir a Batista», dijo en una de sus últimas entrevistas, ya en el exilio, «lo hicimos porque violó la Constitución del 40 y por el derecho de todos a que nos respeten las leyes».

Nunca aceptó los llamados planes de reeducación y rehabilitación de la dictadura castrista. Desde su entrada en prisión formó parte de los presos que se mantuvieron aislados, que se negaban a usar uniformes, en rebeldía permanente y apegados a sus opiniones políticas.

Tras las rejas, Chanes de Armas recibió la noticia del nacimiento de su único hijo, Mayito. En 1984, 22 años después conoció también la de su muerte. Nunca pudo disfrutar ni una hora de libertad con un niño que vio crecer de visita en visita y de cárcel en cárcel durante casi tres décadas. Allá adentro sufrió también por la muerte de sus padres y de su hermano Francisco, que cumplió una condena como preso político y se fue a morir al exilio.

A Chanes, después de salir de prisión, todavía se le negó el derecho a irse de Cuba por espacio de dos años. Una campaña internacional presionó a su carcelero particular, Fidel Castro, para que le permitiera emigrar en 1993.

Quienes le conocieron dentro de Cuba y luego durante sus 14 años en el exilio, lo recuerdan como un hombre discreto, sencillo, de pocas palabras, sereno y equilibrado que rechazaba los homenajes y la vida pública y se empecinaba en vivir en su hogar, en familia, la vida que su antiguo compañero de armas decidió quitarle.

Poco antes de entrar en las llanuras de la desmemoria afectado por el mal de Alzheimer, en 2005, Chanes de Armas concedió una entrevista al periodista Wilfredo Cancio Isla en la que delineó su visión para el porvenir de su país: «Todo lo perdí en la cárcel, pero soy enemigo del rencor y la venganza. Hay que buscar un futuro de reconciliación de la familia cubana a toda costa».

Mario Chanes de Armas, militante anticastrista, nació en 1926 en La Habana y falleció el 24 de febrero de 2007 en Miami.

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