El discurso es, por supuesto, de máxima prudencia. Porque también un par de malos resultados pueden condenarlo definitivamente a la zona media. «En el fútbol las cosas cambian cada semana, pero nosotros debemos ir partido a partido y con los pies en el suelo, sacando los máximos puntos posibles y buscando acercarnos a los puestos de la Copa de la UEFA», consideró ayer Eduardo Costa. El brasileño, protagonista en el equipo a raíz de la baja de Iván de la Peña, señaló que lo principal que aporta la victoria ante Osasuna es «tranquilidad». Quedan por delante 14 jornadas para conseguir siete puntos, alcanzar los 42 y asegurar la permanencia.Nadie piensa ya en que el Espanyol vaya a sufrir lo más mínimo.

«Todavía no hemos conseguido nada y aún queda mucha competición», prosiguió Costa. Por eso conminó a jugadores y afición a prestar la máxima concentración y entrega a los octavos de final de la UEFA, en que el Espanyol se medirá al Maccabi Haifa israelí.La noticia del día fue que el partido de ida se disputará finalmente en el Bloomfield Stadium de la capital Tel Aviv, por motivos de seguridad debido al resurgimiento del conflicto armado en la zona. Haifa, ciudad costera del Mediterráneo, está enclavada a sólo 35 kilometros de la frontera con Líbano. El Maccabi Haifa ha disputado todos los partidos como local en Tel Aviv en la competición europea. El club solicitó a la UEFA, pese a todo, poder jugar esta vez en su estadio, concesión que fue denegada.

Soldevilla, en Rusia. El cambio de escenario favorecerá, en principio, al Espanyol, que evitará la caldera de Haifa, y más teniendo en cuenta que el equipo israelí no esperaba llegar tan lejos.No obstante, esta temporada el Maccabi ha jugado y ganado sus tres partidos de la Copa de la UEFA en Tel Aviv: 3-1 al Auxerre y 1-0 al Partizan de Belgrado y al CSKA de Moscú, éste último en los dieciseisavos de final. El Bloomfield Stadium, con capacidad para 15.700 espectadores, suele albergar los partidos del Hapoel y el Maccabi de Tel Aviv.

Al norte de Israel, en Rusia, perdido en los montes Urales, jugará un viejo conocido del espanyolismo: Toni Soldevilla. El central firmó un contrato con el Amkar de Perm, y será el primer español que jugará en la liga rusa. Soldevilla, de 28 años, militó en el Espanyol entre 1996 y 2006, y llegó a ser capitán. Su último equipo fue el Apollon de Chipre.