BARCELONA.-
CiU y el PP, integrantes, junto a Ciutadans, de la oposición al tripartito en el Parlament, tardaron menos de 24 horas en criticar la puesta en marcha de la comisión bilateral Estado-Generalitat que ha de tratar el despliegue del Estatut y que se constituyó ayer. Ambos grupos criticaron que Joan Saura, conseller d'Interior y representante del Govern en la reunión y el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, no dieran «prioridad», como cabezas de las delegaciones respectivas, a los problemas de las Cercanías de Renfe y, en cambio, sí se aborden temas «secundarios».
El portavoz parlamentario de CiU, Felip Puig, denunció ayer el «muy bajo tono de reivindicación» por parte del Govern frente al Gobierno central y la «posición de subordinación y sumisión» del presidente José Montilla, respecto al PSOE.
Puig dijo, también en referencia al encuentro del fin de semana entre el president y la vicepresidenta española, María Teresa Fernández de la Vega, que «la agenda política de Cataluña la dictan el PSOE y Zapatero», mientras que «Montilla va a rueda» y «se adecúa a la comodidad» del Gobierno.
El portavoz adjunto del PP en el Parlament, Daniel Sirera, coincidió en señalar que «hay otras prioridades que esta comisión debería abordar, como son los problemas de Cercanías, la seguridad ciudadana o la inmigración».
A diferencia de Puig, Sirera no reclamó el traspaso de Cercanías a la Generalitat, puesto que «no es un problema de quién tiene la competencia, sino de que hay que actuar con firmeza para garantizar que el servicio funcione».
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