DAVID ALBEROLA
ELCHE (ALICANTE).-
Nació de Mondrian, Klee y Matisse. Halló un camino sin huellas de la mano de Rothko. Y fue definiendo su universo de ventanas de colores abiertos hacia el espectador entre Londres y Nueva York. Un día, el pintor y fotógrafo Sean Scully se cruzó con Barcelona, donde montó un estudio y se empapó de una luz que calentó sus hasta entonces invernales lienzos. Toda una trayectoria vital y artística que ayer convirtió a Scully en el vigésimo séptimo doctor honoris causa de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche.
Scully agradeció la distinción y afirmó que «España es sumamente importante para la pintura», y como ejemplo «crucial» nombró «a Ribera como maestro de la superficie y la materialidad de la vida espiritual». Citó también a Velázquez, al que definió como «un gran maestro de expresión y de la contención». Y la lista de autores españoles prosiguió con Zurbarán, El Greco, Goya y Picasso.
«Aunque España tiene una gran historia de éxito en la pintura es sobre todo el origen de la pintura lo que me interesa», señaló Sean Scully. Y añadió que «este país, en general, tiene una cultura de humanidad, y eso es lo que nos atrae, lo que nos obliga a vivir aquí una parte del año, entre nuestros amigos en España».
«Un crítico de Nueva York, Donald Kuspit, dijo que mi arte es un arte de grandes matices y para conseguir ese nivel de delicadeza necesito profundamente nuestra vida en España», concluyó el artista en su discurso de aceptación del doctorado honorífico.
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