«Es un agujero en la Historia del que casi nada sabemos», responde el cineasta Manuel Horrillo, español de Marruecos y encargado de llevar a buen fin el documental Rif, 1921-1927, cuyo rodaje se presentó ayer. Con este proyecto, la productora Mundo Ficción y otros tres sellos esperan rescatar para la memoria colectiva la Guerra de Marruecos. «Le garantizo que la gente que conoce esta historia se queda enganchada a ella», dice Horrillo.

A ello. La fachada mediterránea de Marruecos es, desde 1912, una subcontrata colonial de 20.000 kilómetros cuadrados concedida por la República Francesa al Reino de España. Eso, claro, sin contar con la opinión de la población nativa -árabes y bereberes-, que recibe a los nuevos colonos con algún amago de revuelta.

Casi nada comparado con lo que espera a los españoles a la vuelta de la década de los 20. Para entonces, las tribus del Rif Central articulan su hostilidad en torno a la figura del temido Abd el-Krim, un antiguo cadí de Melilla que vapulea tres veces consecutivas al Ejército español en Amarran, Igueriben y Annual. Corre el verano de 1921 y los irregulares rifeños llaman a las puertas de Melilla. Alfonso XIII y sus generales deciden sacar toda la artillería para defender la plaza y, sólo con la ayuda del Ejército francés, neutralizar a los rebeldes. Mientras, en España, la opinión pública monta en cólera cuando conoce los partes de los caídos, las incompetencia de los militares y la soberbia colonialista de la Corona.

«La Guerra de Marruecos fue un episodio importantísimo en la Historia de España. A partir de ahí, se explican muchas de las cosas que ocurrieron después», explica Horrillo. El divorcio entre la sociedad civil y la oligarquía militar, el aislacionismo del Ejército, la crisis de legitimidad de la Monarquía y la posterior ascensión de la II República tienen mucho que ver con el desastre de Annual. «La percepción mutua de España y Marruecos también cambió entonces», añade el director.

La historia, por tanto, merece ser divulgada con más ambición que la empleada hasta ahora. Por eso, Horrillo ha concertado a 11 historiadores españoles y marroquíes para que conversen con el actor Imanol Arias. «Por ahora, ya he descubierto que los militares españoles emplearon armas químicas en Marruecos. Y que no lo hicieron en España, 10 años después. Y eso es porque no sólo querían vencer; querían humillar al rival», dijo ayer el actor.

Entre todos reconstruirán la historia de aquellas tribus rifeñas indómitas y de sus atildados contrincantes. «No quiero que la película sea una sucesión de entrevistas ni un trabajo de tesis», aclara Horrillo. «Quiero que los historiadores charlen y que en la informalidad, expresen mejor su pensamiento». Para afianzar sus relatos, Rif, 1921-1927 incluirá una trama dramatizada que será su ilustración cinematográfica.