Deslocalización.

Productos desarrollados en Puerto Real con subvenciones de la Junta de Andalucía y el Gobierno central pasaron directamente a ser elaborados en otras fábricas de Delphi con menor coste de mano de obra.

Los sindicatos citan el caso de la transferencia del sistema de suspensión trasero S 4300. Este producto habría sido llevado de Puerto Real a Krosno (Polonia) sin reflejarse la transferencia contable entre las dos factorías por las inversiones realizadas, algunas de ellas sujetas a subvenciones.

Cancelación de productos rentables.

Delphi culpa a Ford de la cancelación del negocio de rodamientos, pero existen dudas sobre este extremo ya que la propia Ford designó en 2006 a Delphi Puerto Real como el mejor proveedor en calidad y entrega. Según los trabajadores, los rodamientos dejaron 4 millones de beneficio neto en 2006 y existía un contrato hasta 2008 para seguir suministrándolos a Ford.

'Backup' de planta en Polonia.

Los sindicatos creen que el 7 de junio de 2006 la empresa habría iniciado el backup (copia de respaldo) de la planta 40 de Puerto Real en Polonia a través de una serie de pedidos del Centro Técnico de Delphi en Cracovia. El centro polaco nunca justificó para qué quería todos los componentes que pidió. Sin embargo, cuando se produjo un retraso con un envío, el centro efectuó «un seguimiento inusual» sobre el mismo. En concreto, Cracovia exigió el material para respaldar seis aplicaciones que eran exclusivas de Puerto Real: una suspensión frontal para Land Rover, otra para BMW, una suspensión trasera para Opel, una barra estabilizadora de Ford y dos componentes más para Ford y Opel.

Perjuicios contables.

Se ha detectado la transferencia a otras factorías de equipos productivos a valor en libro y no a valor de mercado. También se denuncia que se obligaba a Delphi Puerto Real a comprar con sobreprecio a factorías de la casa matriz que se quería favorecer y a vender por debajo del precio de mercado a otras del mismo grupo.

Congelamiento de inversiones.

Los trabajadores afirman que desde 2004 se produjo un corte radical de las inversiones para instalaciones y se redujeron los presupuestos de mantenimiento provocando la obsolescencia de los sistemas, lo cual repercutió en la pérdida de capacidad y productividad.

Política comercial negligente.

Los sindicatos denuncian una serie de irregularidades en la política comercial de Delphi. Citan, por ejemplo, que un cliente (un importante fabricante) incumplió su contrato y por ello debió haber pagado una compensación. Pero, sin mediar explicación, la dirección de Delphi alcanzó un compromiso con el cliente para poner en marcha un nuevo proyecto en vez de pagar indemnización alguna. El nuevo proyecto se asignó a otra factoría.

A esto se añade que Delphi no ofreció en los concursos de proveedores algunos componentes cuya fabricación en Cádiz era más competitiva o errores en las cotizaciones que causaban sobrecostes o pérdidas.

Distorsiones en las ventas.

En al menos dos ocasiones en los últimos meses, los clientes demandaron cambios en la forma de entrega de sus productos (uno de ellos se refería al empaquetado de una suspensión y el otro al método administrativo para hacer los envíos) que provocaron sobrecostes. Los trabajadores estiman que el departamento de ventas no fue capaz de defender la cotización original.

Distorsiones en la cadena de suministros.

Los sindicatos han documentado que se imponía la compra de materias primas a otras factorías de Delphi a precios superiores a los de mercado o que se mantenía a proveedores con un importante historial de incumplimiento. El caso más emblemático es que todas las piezas de forja metálica que se compraban a proveedores europeos, tuvieron que ser adquiridas forzosamente a Delphi Bangalore (India) por un céntimo de diferencia. De antemano se sabia que este céntimo no iba a compensar los costes extra de logística.

Distorsiones en la entrega.

También denuncian el mantenimiento de transportistas que venían impuestos por clientes o que tenían un amplio historial de incumplimiento. En algunos casos se llegó a enviar por avión a Delphi Luton piezas de suspensión en las que cada amortiguador pesa más de 8 kg.

Trato de favor a otras factorías de Delphi.

Los sindicatos están documentando diversos casos en los que la factoría de Puerto Real fue perjudicada en favor de otras plantas de Delphi.

En uno de los casos se compraban piezas estampadas a proveedores, se modificaban en Puerto Real y se vendían a Delphi Luton a un precio inferior al de adquisición.

Otro episodio muy conocido en la planta fue la dirección de cremallera R&P T3000. La válvula de la dirección se fabricaba en una planta de Alemania. Delphi Puerto Real la adquiría y la ensamblaba en la dirección de cremallera. En una factoría en Estrasburgo (Francia) se ensamblaba la bomba con la dirección recibida desde Cádiz y se entregaba a Opel. Ante las pérdidas que se registraban en el negocio de la válvula y en la venta del conjunto al cliente, se decidió que Cádiz pagase más por la válvula a la fábrica alemana y que Estrasburgo pagase menos a Cádiz por la dirección manteniendo el precio al cliente. Éste fue uno de los primeros proyectos desarrollados por Puerto Real que ofrecía buenas perspectivas y que se vio lastrado por decisiones empresariales.

La factoría de Puerto Real fue obligada a adquirir el componente S4400 (una sistema de transmisión delantero) a Delphi India a pesar de que se habían detectado problemas de calidad con las piezas. Los problemas de calidad obligaron incluso a pagar los transportes aéreos que han sido necesarios para paliar el alto nivel de rechazo que causó el S4400 indio.