MERCEDES GOMEZ
MADRID.-
Los productores de vino no viven para sobresaltos. Zanjada la guerra por la polémica ley del alcohol del Gobierno, ahora las bodegas más emblemáticas de la zona de Ribera del Duero han desplegado todas sus armas contra el trazado de una nueva autovía que ha proyectado el Ministerio de Fomento en la zona. Abadía Retuerta-propiedad de la multinacional Novartis- y Vega Sicilia -del Grupo Eulen- han denunciado el proyecto ante la Comisión Europea por el impacto que supondrá en sus negocios.
La denuncia se presentó ante la Comisaría Europea de Medio Ambiente a finales del pasado mes de enero por considerar que la autovía ignora dos terrenos de interés comunitario.
El eventual corredor que enlazaría el municipio castellano-leonés de Aranda de Duero con Valladolid supondrá la expropiación de unas 100 hectáreas de viñas que producen sus caldos más selectos, según denunció ayer el director de Abadía Retuerta, Donald Michel Cusimano. Esta firma, en concreto, perdería 46 de sus hectáreas.
De salir el plan adelante, la zona perdería una producción anual de unos 7.000 litros por hectárea de los caldos con más prestigio a escala mundial.
En concreto, Abadia Retuerta estima que el corredor mermaría su beneficio en un 70% si se mantiene el trazado actual.
El director de estas bodegas también indicó que han presentado sus correspondientes alegaciones al Departamento de Magdalena Alvarez y están a la espera de conocer la postura de ese ministerio. «Formalmente no ha respondido, pero un alto cargo de Fomento nos ha dicho que van a revisar el trazado, aunque después de las elecciones», reveló Cusimano, para quien el Gobierno ya se ha comprometido a volver a evaluar el impacto ambiental de la autovía y podría cambiar su recorrido.
El directivo lamentó «la mentalidad del ladrillo» que impera en España. En su opinión, es «una enfermedad» que va a destruir el futuro de la enología y el turismo. Los consistorios afectados por el proyecto «ya están soñando con la recalificación de suelos», se lamentó el Ejecutivo.
Abadía Retuerta, que anunció ayer una inversión de 15 millones de euros en la zona para lanzar un proyecto enoturístico de cinco estrellas, podría replantearse sus planes de futuro de mantenerse el actual trazado de la carretera. «Somos propiedad de la multinacional Novartis, grupo que revisa periódicamente sus divisiones de negocio. Si la bodega no le es rentable, buscará soluciones», pronosticó Cusimano.
Estas bodegas cerraron el ejercicio de 2006 con una facturación de siete millones de euros y un beneficio de 374.000.
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