J. T. DELGADO
MADRID.-
Gas Natural ya ha hecho borrón y cuenta nueva. La compañía catalana ultima un nuevo plan estratégico para crecer en solitario, tras el fracaso de su Oferta Pública de Adquisición (OPA) por Endesa. En el camino, la empresa presidida por Salvador Gabarró se ha dejado casi 111 millones de euros. Éste es el coste final del asalto fallido a la eléctrica, iniciado el 5 de septiembre de 2005.
El consejero delegado de Gas Natural, Rafael Villaseca, concretó ayer ante analistas que la OPA ha costado 110,9 millones de euros. Esta cantidad ya ha sido incluida en el último balance anual, que refleja, no obstante, un incremento del beneficio neto del 14,1%. En concreto, la empresa gasista ganó 854,5 millones en 2006. «Las actividades de aprovisionamiento y comercialización de gas, junto a la actividad de electricidad en España, han impulsado este importante crecimiento», señala el informe de resultados remitido ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El título del documento no puede ser más significativo: Rumbo al futuro. Ésta es la consigna que seguirán en los próximos meses los directivos del grupo, que presentarán en breve las metas a partir de 2008. Ayer, Villaseca habló básicamente de crecimiento orgánico, si bien admitió que Gas Natural no rechazará «ninguna posibilidad de crecimiento a través de la compra de activos».
Esta declaración de intenciones esconde, a juicio de más de un analista, un mensaje hacia la alemana E.ON. Si logra el control de Endesa, la compañía comandada por Wulf Bernotat podría desprenderse a medio plazo de algunos negocios dentro o fuera de España. El problema -para Gas Natural- es que compañías como Iberdrola o Unión Fenosa también pujarían con fuerza por los activos de la primera eléctrica.
|