Al parecer, el detenido contactaba con las niñas, de entre 13 y 14 años, a través de un programa de mensajería instantánea. Una vez que se ganaba la confianza de las menores, les enviaba un fichero con el que las hacía creer que tenían un virus troyano en su ordenador que supuestamente podía borrar todos sus archivos y, aún peor, enviar todas sus conversaciones privadas a todos sus contactos de correo electrónico.

Si querían evitarlo, el detenido les aseguraba que eliminaría el supuesto virus, que él mismo les había enviado, si ellas accedían a realizar toda clase de actividades sexuales ante la cámara del ordenador que posteriormente el detenido grababa con un programa de captación de imágenes.

Cuando ya había conseguido alguna imagen de ellas continuaba chantajeando a las niñas con nuevas actividades ante la web cam bajo la amenaza de difundir los vídeos ya grabados por internet.

La operación policial, denominada Sidriña, se inició a raíz de la denuncia presentada por el familiar de una de las niñas grabadas, que hizo públicas las amenazas que alguien le estaba haciendo a la joven través de internet desde hacía tiempo.

Las investigaciones posteriores, realizadas por especialistas en informática de la Guardia Civil, permitieron descubrir el lugar desde donde podrían realizarse esas extorsiones y descubrieron que el detenido amenazaba a más menores para que éstas se exhibieran delante de su web cam.

La titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Mieres (Asturias), que dirigió la investigación llevada a cabo por los agentes del Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil, ha dispuesto el ingreso en prisión del detenido, acusado de delitos contra la libertad sexual, la intimidad y de amenazas graves cometidas a niñas de entre 13 y 14 años.

Por ahora se desconocen cuántas menores fueron objeto de las amenazas del detenido y si los vídeos que éste les grabó han sido puestos en circulación a través de la Red.