Sólo tiene una piedra, pero ya han destinado un lugar para el jacuzzi. La futura residencia del distrito Fuencarral-El Pardo tendrá una zona específica para que sus usuarios se relajen después de todo un día de actividad en actividad.
Aún tendrán que esperar para disfrutar de las burbujas. Ayer, Esperanza Aguirre colocó la primera piedra del centro, que estará terminado en un plazo de 14 meses, pero la paciencia les permitirá disfrutar después de 3.500 metros cuadrados de las «mejores instalaciones». Los ancianos contarán con atención geriátrica, rehabilitadora, psicológica y social y hasta con un centro de hidroterapia, con jacuzzi, hidromasaje y sauna. Un spa en toda regla para eliminar tensiones y relajarse. Los trabajadores tendrán también una guardería para sus hijos.
La construcción cuenta con un presupuesto de adjudicación de algo más de 63 millones de euros y dispondrá de 180 plazas para internos y 40 más para los centros de día. Además, se reservarán 20 plazas para enfermos de Alzheimer con más de 55 años. 63 de las 180 plazas estarán financiadas total o parcialmente por el Gobierno regional y las 117 restantes serán de precio tasado.
El centro entra dentro del proyecto Plan Velocidad de la Comunidad de Madrid, que consiste en crear nuevas plazas para mayores de la forma más ágil posible. Y es una de las 42 residencias que el Gobierno regional ha encargado construir. Una de las que, además, ayer sirvió a Aguirre para hacer balance de su política en la materia.
Cada día, según los cálculos del Gobierno de la Comunidad, se habilitan siete plazas para ancianos dependientes en residencias públicas en la región. Y se destina para ellos 700 millones de euros al año. Éste ha sido el ritmo que se ha seguido durante la última legislatura y que permite presumir al Ejecutivo de que una de cada tres plazas que se crea en la región para estas personas lo es exclusivamente por orden suya.
Aguirre repasó durante su visita al terreno del futuro centro las residencias puestas en marcha por el Gobierno (25), las plazas creadas para ancianos (8.400 de las más de 24.000 que hay en la Comunidad) y los mayores atendidos desde 2003 (28.000).
De la red residencial destacó la presidenta regional las 1.000 plazas que han entrado en funcionamiento este año y los 10 nuevos centros que aprobó construir hace unas semanas. Con éstas, el llamado Plan Velocidad se amplía una fase más y a las 32 residencias que ya se estaban construyendo se les suma otra decena.
Los centros de la segunda fase estarán ubicados en San Blas, Carabanchel (donde habrá dos residencias), Fuencarral, Aranjuez, Rivas Vaciamadrid, Móstoles, El Molar, Getafe y Majadahonda. Entre todos sumarán 2.085 plazas. La Consejería de Familia y Asuntos Sociales invertirá en su financiación casi 22 millones al año.
En la región hay 850.000 mayores, de los que la «mayoría» se valen por ellos mismos, señaló la presidenta. Para éstos, los centros de día, que cuentan con 300.000 socios, ofrecen «baile, karaoke, talleres, excursiones, actividades deportivas...». Para los mayores dependientes, la Comunidad destina 700 millones de euros anuales. Aguirre le reprochó al Gobierno de la nación que aporte sólo 42 millones al año. «Este dinero supone el 6% de lo que destinamos nosotros». Una aportación que, aunque «se la agradecemos, no llega al euro al día por mayor madrileño».
Un tercer grupo de ancianos lo componen aquéllos que viven solos. A éstos se les facilita la teleasistencia y las ayudas domiciliarias. La presidenta de la Comunidad recordó que han superado sus propios objetivos y que cuando su meta era llegar a las 80.000 teleasistencias, frente a las 45.000 que había cuando comenzó la legislatura, ya se cuentan 84.000.
En las ayudas domiciliarias también han superado su principal compromiso. Prometieron alcanzar las 50.000 ayudas y ya superan las 54.000.
Aguirre subrayó la «satisfacción» que supone que un tercio de los programas encaminados a los mayores se lleven a cabo en la Comunidad de Madrid y que hayan sido impulsados desde que ella accedió a la Presidencia regional.