Como candidato, ofrecerá, como ya hizo en Londres, un mitin para los franceses residentes en España. La experiencia de las presidenciales de 2002, que borraron a Lionel Jospin del mapa electoral y zanjaron la segunda vuelta con un cara a cara entre Le Pen y Chirac, demostró a los candidatos franceses que cada voto cuenta. También el de alrededor de 800.000 expatriados (40.000 en España) inscritos para votar en el extranjero, donde residen unos 2,2 millones.

La gira española de Sarko se enmarca en un tour europeo que ya ha hecho escala en Alemania y Gran Bretaña y está destinado a proyectar una imagen internacional del favorito en la carrera hacia el Elíseo, en la que su rival, Ségolène Royal, gana terreno. Un sondeo del Instituto LH2 que recogía ayer Le Monde auguraba a la socialista dos puntos más y restaba tres a su contrincante en la primera vuelta. En la segunda, ambos quedabarían en tablas.

Ségo, que fue recibida por Zapatero en septiembre, recuperó la semana pasada en televisión el oxígeno perdido al comienzo de la campaña, sembrado de minas, sobre todo en cuestiones internacionales. Ayer era Sarkozy el que tropezaba en la misma piedra nuclear que la candidata y en idéntica cadena de radio, la RMC, al no recordar el número de submarinos nucleares, seis, que posee Francia.