Entre los fallecidos se encuentra un profesor del colegio francés de Riad y dos trabajadores de Schneider Electric, una empresa francesa que tiene contratos con la Armada en Arabia Saudí. Al parecer, los tres hombres viajaban con sus familias, tres mujeres y dos niños, por la carretera que va de Medina a Yanbou, según informó el ministro de Asuntos Exteriores, Philippe Douste-Blazy. Se detuvieron un momento y, al salir del coche, fueron ametrallados desde un automóvil por varios personas.

Jacques Chirac condenó inmediatamente este ataque, calificándolo de «acto odioso» y pidiendo a las autoridades saudíes «que se haga toda la luz sobre esta tragedia, que los culpables sean perseguidos, juzgados y castigados, y que se vele por la seguridad» de sus compatriotas. Arabia Saudí, donde viven unos 5.000 ciudadanos franceses que raramente se adentran por el interior del país, fue víctima de una ola de atentados terroristas en 2003 y 2004, algunos similares al producido ayer, y que llevaban la marca de Al Qaeda. En mayo de 2003, un terrorista se inmoló en Riad provocando la muerte de 35 personas. Un año después, 22 personas perecieron en un tiroteo en Khobar. En junio de 2004 fue asesinado el cámara de la BBC Simon Cumbers y el constructor americano Paul Johnson fue decapitado. En septiembre un trabajador francés de Thalès fue asesinado y, en diciembre de 2004, un coche bomba explotó junto al consulado de EEUU en Djedda matando a 12 personas. Sólo el año pasado hubo un intento de atentado, esta vez contra intereses petroleros, pero fue abortado. Cinco hombres sospechosos de haber participado en este fallido ataque fueron abatidos a tiros por la policía, entre ellos Fahd Ben Faraj Ben Mohammed Al-Joweir, jefe de la rama saudí de Al Qaeda. El atentado contra el complejo de Abqaiq, considerado como uno de los mayores del mundo (produce el 10% del petróleo mundial), fue reivindicado por la organización de Bin Laden.

La ola de atentados fue seguida de una violenta represión, que puede haber provocado el ataque de ayer, según opinan algunos expertos. Francia no excluye la voluntad de grupos terroristas de invitarse a la campaña presidencial.