La Academia se rinde (por fin) a sus pies. Hollywood concedió al fin al cineasta el galardón al Mejor Di-rector. Infiltrados, su polémico remake, lo-gra así lo que se le negó a obras maestras como Toro salvaje o Uno de los nuestros.

AL GORE

Dos Oscar con dimensión política. A nadie se le escapa que los premios a Una verdad incómoda -mejor canción y documental- llevan implícito un nítido mensaje político y ecologista. El propio Al Gore recogió uno de los galardones.

GUILLERMO DEL TORO

Tres premios para un filme medio español. Entre mágica y siniestra, su fábula am-bientada en la Guerra Civil cautivó a los académicos. El laberinto del fauno se llevó tres premios. Eso sí, La vi-da de los otros le arrebató el más preciado.

FOREST WHITAKER

Del histriónico clon de Idi Amín Dadá.... Cabían pocas du-das sobre el destino de los dos Oscar de interpretación. El masculino lo recogió el protagonista de El último rey de Escocia por su escalofriante retrato del dictador ugandés.

HELEN MIRREN

...a la doble mimética de Isabel II. El talento de la británica se llevó el premio a la mejor actriz. Dedicó el Oscar a su modelo en la película, Isabel II, quién sabe si furtiva espectadora de la gala en la que la coronó Hollywood.

PENÉLOPE CRUZ

Pisa con fuerza sobre la alfombra roja. Sabedora de que no lo iba a ganar, la primera actriz española candidata al Oscar lució imponente sobre la alfombra roja del teatro Kodak un escotado modelo rosa de Versace.