Es una de las deportistas con más relevancia del mundo y desprende sus habilidades a sólo un puñado de kilómetros de la capital de España. Becky Hammon (Rapid City, Dakota del Sur, 1977), joya del baloncesto femenino, ídolo de masas al otro lado del charco, aterrizó hace casi dos meses en Rivas Vaciamadrid, directamente del Madison Square Garden, para deleitar a los madrileños de la misma forma que lo lleva haciendo las ocho últimas temporadas en los Nueva York Liberty.
Ni su presencia física (1,67 metros), ni su sosegada actitud desvelan su trascendencia mediática. Tal vez porque leer su libro favorito, la Biblia, a diario, le ayuda «tanto dentro como fuera de la pista». Mirada dulce, voz calmada, ni rastro de la segunda jugadora que más camisetas vende en la WNBA -sólo Lisa Leslie, actualmente embarazada, la supera-, tres veces All Star (dos de ellas elegida por votación popular en el quinteto titular) e internacional con la selección de Estados Unidos.
La invita Leila Abrines, delegada del Rivas Futura, a acudir al Cerro del Telégrafo a presenciar las exhibiciones de Hammon. Ella, comparada por su destreza con el jugador al que más admira, Steve Nash, admite que aún le cuesta adaptarse al baloncesto europeo. «Es muy bueno, pero es diferente. En la WNBA todo va mucho más rápido y aquí lo que más predomina son las tiradoras», apunta, renegando todavía de los pasos de salida, su calvario particular en los pocos partidos que ha disputado ya en la Liga Femenina.
Humildad es otra de las cualidades que se aprecian en la base norteamericana, que, a pesar de saludar a su llegada a la cafetería del complejo deportivo del Cerro del Telégrafo con un transparente «¡Hola!, ¿qué tal?», aún no ha tenido tiempo para aprender nada de castellano. Saltar del Madison Square Garden -«mágico, lleno de historia, el mejor sitio del mundo para jugar al baloncesto»-, al modesto pabellón de Rivas, donde apenas caben 1.000 personas, no ha supuesto ningún trauma para Becky. Sin embargo, los aficionados, que la idolatran allí y aquí, no guardan demasiadas similitudes. «En España hay menos fans, pero son mucho más ruidosos. ¡Esos gritos nunca los había oído en el Madison!», exclama.
Su compañera en el Liberty Shameka Christon, que fichó por el Rivas Futura unas semanas antes, le ha ayudado mucho en su integración a la pequeña ciudad y al país. En la cancha es otra cosa, porque con Meka tiene una «conexión especial», sorprendente para el resto de sus compañeras, a las que aún les cuesta entender la vertiginosa forma de ver el baloncesto de Hammon.
Sus números (14,5 puntos y 4,4 asistencias por partido) ya reafirman su caché, aunque el equipo, recién ascendido a la máxima categoría, no está pasando por su mejor momento de la temporada.
Tras un excelente arranque del modesto equipo madrileño, a principios de febrero los malos resultados obligaron al relevo en el banquillo. Con el técnico Alberto Ortego, con el que Hammon se siente más a gusto por su tendencia al juego «rápido», más parecido al que se juega en Estados Unidos, el objetivo sigue siendo -una vez asegurada la permanencia- colarse en los playoffs por el título y «luego ya veremos» (tras ganar el pasado fin de semana al Promociones Santa Eulalia, actualmente ocupa la séptima posición de la Liga). Ese será el punto y seguido de Becky en España, ya que en mayo regresa a Nueva York para preparar la campaña en la WNBA, en la que espera por fin ganar un anillo con las Liberty tras tres finales perdidas en su palmarés. En lugar de descansar, Hammon ha preferido seguir en activo.
A sus casi 29 años, la experiencia en España está siendo más que positiva para la jugadora estadounidense, por lo que no descarta repetir el próximo invierno y aprovechar el parón en su liga -se disputa justo cuando se descansa en la NBA- para pasar otras vacaciones activas en Rivas. Además de por el reporte económico, la experiencia le puede ayudar para cumplir otro de sus sueños: estar con su selección en los Juegos Olímpicos de Pekín, el año próximo, para intentar recuperar la hegemonía de Estados Unidos en el baloncesto femenino. Después, cuando se retire, a esta galáctica le espera un futuro rodeado de cámaras y micrófonos. Hammon, que posee incluso su propia página web (www.beckyhammon.com), ya ha hecho sus pinitos en el periodismo como columnista ocasional en algunos medios impresos, comentarista en retransmisiones de partidos universitarios y profesionales, e incluso, últimamente, de reportera a pie de pista en encuentros de la NBA para la ESPN. Eso, o «quizás me dedico a entrenar, porque enseñar es algo que también está dentro de mí», asegura sonriente.
LO DICHO Y HECHO
«El Madison es mágico, es el mejor sitio del mundo para jugar al baloncesto»
1970: Nace en Rapid City (Dakota del Sur). 1999: Tras finalizar un histórico periplo en la Universidad de Colorado State, da el salto a la bisoña WNBA con los Nueva York Liberty. 2000: Participa en el All Star de la NBA formando pareja con Allan Houston en un concurso de habilidad. 2005: Incluida en el segundo mejor equipo de la WNBA. 2007: Rivas Futura la ficha para intentar jugar los playoffs de la Liga Femenina.
