El objetivo de CiU es evitar que Renta Corporación construya una zona residencial y de oficinas en un espacio que podría acoger la primera factoría cultural de la ciudad. Trias instó ayer al equipo de gobierno a que no cometa el mismo error que cometió en Can Ricart y advirtió de que se está perdiendo una nueva oportunidad de preservar un espacio cultural. «Hay que aprender de los errores», espetó Trias, quien además alabó la calidad de los artistas de estos talleres. «Cuando uno entra aquí, se queda sorprendido por la capacidad de creación que exise».

CiU considera que la decisión de seguir adelante con las obras rompería con el «espíritu del 22@». En principio, este distrito «combinaba lo económico y lo tecnológico con lo social, pero desgraciadamente se está primando el hecho inmobiliario», se quejó Trías.

Desde hace 10 años, un total de 90 artistas plásticos, escénicos y musicales -integrados en la Asociación N y la Asociación T45-, utilizan las naves de la antigua fábrica textil, pero a partir de marzo deberán abandonar sus talleres.