¿Qué sería del Barcelona sin Samuel Eto'o? Lo hemos comprobado durante cinco meses. Un equipo notable pero sin brillantez, un cuadro que remueve el balón pero que no sabe muy bien qué hacer con él, una desesperación constante cuando pisa el área rival, un Ronaldinho desangelado. Eto'o volvió a ser titular el domingo y el Barça recuperó su imagen de campeón de Europa, imparable. La esperanza barcelonista resurgió. Remontar ya era posible. Hasta ayer. El equipo deberá ganar al Zaragoza en La Romareda (21.30 horas, TV3) sin Eto'o. El héroe está agotado.
«Se trata de una decisión consensuada. Hizo un esfuerzo notable para jugar y está muy cansado. Lo hemos hablado con el staff médico y pensamos que es lo mejor», argumentó Rijkaard. Pero al instante, el holandés prosiguió de forma atropellada, para evitar suspicacias: «Es una lástima. He estado buscando la forma de que viniera, pero... esto es lo que hay ahora. Sigue entrenando bien, pero no puede jugar».
'Match ball'. Aunque Eto'o ha reconocido que tendría que perderse algún partido para dosificarse, ayer por la tarde se mostró algo nervioso cuando un cámara quiso grabarle en el Miniestadi cuando iba a ver a su hermano pequeño en la Meridian Cup, e incluso golpeó su coche con el hormigón del estadio. Quizá no tuviera nada que ver con su ausencia, sino con la noticia de que un guineano, detenido en Madrid, se hacía pasar por Samuel Eto'o para adquirir artículos de lujo. El estafador fue cazado cuando intentaba comprar electrodomésticos por valor superior a 3.000 euros.
Sea como fuere, el Barça deberá afrontar su primer match ball sin su estilete. No es casualidad que con el regreso de Eto'o el equipo azulgrana marcara tres goles que bien podrían haber sido seis, cuando partidos atrás era una agonía que marcara ni que fuera uno solo; ni tampoco que Ronaldinho volviera a maravillar, o que Xavi e Iniesta dieran asistencias decisivas. La presencia del camerunés sobre el tapete abre un universo lleno de posibilidades, y así lo reconoció sin tapujos Rijkaard: «Sus características ayudan mucho al equipo. El Barça maneja muy bien la pelota, pero a veces falta concluir, encontrar la profundidad. Esto provoca preocupación en el oponente y eso es lo que consigue Samuel».
En Zaragoza, por mucho que le tuvieran ganas a Eto'o por su amago de abandonar el campo el año pasado por insultos racistas, están encantados con su baja. El que más, Víctor Fernández, a quien le será mucho más fácil aplicar su receta de hormigón en defensa y salida eléctrica al contragolpe. Gudjohnsen y Saviola son mucho más controlables. Quizá en parte por ello, Rijkaard se puso la piel de cordero. «No tenemos nada que perder», espetó. «Debemos dejar una buena imagen y jugar como siempre. Ellos sí tienen algo que perder: deben demostrar ante su público que pueden aguantar la presión. Nosotros, no».
Su discurso distó mucho del clásico «a por ellos». La estrategia es distinta, consciente de que el rendimiento del Barça en los partidos clave ha sido decepcionante. Lo mejor, piensa Rijkaard, es crear sensación de cierta normalidad en caso de derrota y evitar así que vuelva a abrirse la caja de las dudas, justo en un momento en que vienen Sevilla, Liverpool y Real Madrid en ocho días.
«El Zaragoza es el favorito», prosiguió el técnico. «Ganó en la ida y juega en casa. Además, ellos lo hacen siempre bien en la Copa. En general no es fácil ganar en La Romareda. Ellos llevan ventaja», señaló. Rijkaard ha dejado fuera de la convocatoria a Edmilson y Motta. La posibilidad de que jueguen juntos Iniesta, Xavi y Deco toma fuerza, aunque también podría alinear a Márquez como pivote y a Thuram al lado de Puyol. Quien seguro estará es Ronaldinho, a quien las puyas a su barriga le han servido de «motivación extra», según dijo el entrenador.