«La medida, con la que no puedo estar de acuerdo puesto que siempre he creído, creo y creeré en la libertad de expresión como valor democrático y como esencia de mi trabajo y de mi vida, ha levantado una polvareda que intenta enturbiar mi trayectoria profesional», aseguró el comunicador, antes de desgranar en tres puntos su posición.

«En primer lugar, lamento profundamente la decepción que en la audiencia produjo la no emisión de la entrevista. En segundo lugar, quiero que quede claro que yo no tuve parte en la decisión de TVE, decisión unilateral con la que, repito, no estoy de acuerdo por considerarla desmedida», señaló Quintero, antes de responder, en un tercer punto, a quienes han pedido su dimisión.

«No he presentado mi dimisión -como piden algunos que quizá no dimitirían jamás- porque no me considero culpable de nada, en cualquier caso, víctima. Después de meditarlo profundamente y tener que tragarme el orgullo, no me parece razón suficiente para defraudar a los millones de espectadores que han encontrado en este programa una alternativa, y que se quedarían sin ella si me marchara; ni para mandar al paro a un equipo de más de 40 profesionales», se justificó.

Quintero concluyó reconociendo que su contrato prevé «que, en caso de desavenencia o discrepancia, prevalecerá el criterio de TVE». Por eso dijo: «acato el criterio de la dirección de TVE, pero estoy en mi derecho de manifestar públicamente mi profundo desacuerdo».

Por su parte, un portavoz de la cadena pública respondió que «la independencia y la libertad de expresión están garantizadas y son incuestionables en RTVE, que, como cualquier otro grupo de comunicación, marca su propia línea editorial», dejando claro que en caso de surgir diferencias, «prevalece el criterio de la Corporación». «RTVE asume las discrepancias -prueba de ello es la difusión de los comentarios críticos que se hacían sobre el Presidente de RTVE-, pero siempre desde el respeto que se merecen todos los ciudadanos», concluyó el portavoz.