Miércoles, 28 de febrero de 2007. Año: XVIII. Numero: 6282.
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Cuando Víctor Manuel alababa a 'Un gran hombre': Franco
«Era un crío, no sabía lo que hacía», dice el cantante sobre la canción que le dedicó en 1966, con 19 años, al Caudillo
QUICO ALSEDO

MADRID.- Todos tenemos un pasado y todos hemos sido jóvenes. Esta historia comienza en 1966, cuando un jovencísimo y «muy ingenuo», según él mismo, Víctor Manuel, nacido en Mieres del Camino (Asturias) en 1947, busca a tientas su lugar en el mundo.

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Tocado por un flequillo rebelde y pertrechado con un precario dominio del piano, aunque ya experimentado después de tres años cantando cada domingo en TV, graba su segundo sencillo con la discográfica Belter. Su personaje como cantautor aún está en formación y no menos su voz, apenas un atisbo impersonal de la que años después le llevará a conquistar las listas de éxito.

Incluso él mismo ha llegado, en alguna entrevista, a confesar cierto «espanto» por su obra aquellos años, en que la poetisa Fina Calderón oficiaba como proveedora de muchos de los versos que él luego musicaba.

No es fácil sacar la cabeza entre tanta competencia, así que Víctor Manuel decide hacer un disco conceptual sobre personajes reales. «Había una canción sobre Picasso, por ejemplo», cuenta. De ahí data lo que pueden leer en el recuadro.

Saltamos al siglo XXI. El tema en cuestión, Un gran hombre, parece borrado de la faz de la Tierra. Un bulo más de los que corren por internet, más concretamente por webs de clara orientación política. No aparece en la discografía oficial de Víctor Manuel (www.victormanuel.es), y se especula en la Red sobre si se trata de un montaje para desacreditar al artista, que no deja claro, cuando en alguna ocasión se le pregunta, si el tema de marras existe en realidad.

El editor de una serie de recopilaciones sobre rarezas del celtiberismo hispánico titulada Spanish Bizarro logra reproducir la canción en uno de sus volúmenes piratas, y alimenta el fuego. Hace una entrevista para un diario de tirada nacional, habla del asunto y, dos días después, el redactor le llama para comentarle que se ha retirado toda alusión a la canción en el reportaje «por orden de la dirección».

Corre por internet la especie de que varios de los coleccionistas más importantes de España se esfuerzan por hacerse con cada una de las copias que puedan quedar, con un simple objetivo: destruirlas, hacerlas desaparecer del mercado y volatilizar así la canción. Que no quede rastro.

Víctor Manuel, de conocida militancia izquierdista durante décadas, se persona en la Plaza de San Juan de la Cruz de Madrid la noche del 17 de marzo de 2005, cuando se ejecuta la orden de la ministra Magdalena Alvarez de retirar la estatua ecuestre del General Franco del lugar: «No he querido perderme esta noche irrepetible», dijo a la prensa aquella noche el cantautor: «Son necesarias muchas decisiones de otra índole, pero la desaparición de ciertos símbolos, como éste, que no pinta ya nada aquí, también son muy importantes». Curiosamente, Víctor Manuel había participado aquella noche en una cena homenaje a Santiago Carrillo junto a la plana mayor del Gobierno y a políticos de todo el espectro, también de la derecha.

Hasta que ayer, en la presentación de un disco homenaje en la Sociedad General de Autores y Editores a Pablo Guerrero, el propio Víctor Manuel confirmaba que, efectivamente, quien cantaba Un gran hombre es él. Que esa voz, ora temblorosa, ora pelín chillona, irreconocible casi en todo momento, es la suya.

«Bueno, son pecados de juventud, cosas que pasan», dijo ayer el cantante a este diario. «Yo tenía 18 ó 19 años, era un crío que no sabía nada, estaba empezando, no estaba nada politizado, no sabía muy bien lo que decía... Mi padre no sabía ni quería saber nada de política. Iba a hacer un disco sobre personajes conocidos, y así salió la cosa».

Según algunas biografías, la militancia izquierdista de Víctor Manuel -que, por cierto, le trajo no pocos problemas con la dictadura- comienza apenas un par de años después, hacia 1968, cuando sus lecturas le hacen tomar conciencia de la situación del país.

No obstante, para la memoria histórica y su recuperación queda su visión cándida e ingenua de Franco en 1966.


'Un gran hombre' (1966)

Hay un país

que la guerra marcó sin piedad.

Ese país

de cenizas logró resurgir.

Años costó

su tributo a la guerra pagar.

Hoy consiguió

que se admire y respete su paz.

No, no conocí

el azote de aquella invasión.

Vivo feliz

en la tierra que aquél levantó.

Gracias le doy

al gran hombre que supo alejar

esa invasión

que la senda venía a cambiar.

Otros vendrán

que el camino no habrán de labrar.

Él lo labró,

a los otros les toca sembrar.

Otros vendrán,

el camino más limpio hallarán.

Deben seguir

por la senda que aquél nos marcó.

No han de ocultar,

hacia el hombre que trajo esta paz,

su admiración.

Y por favor pido siga esta paz.

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