'Humo'
Autor y director: Juan Carlos Rubio. / Escenografía: José Luis Raymond. / Intérpretes: Juan Luis Galiardo, Kiti Manver, Gemma Giménez y Bernabé Rico. / Escenario: Teatro Maravillas.
Calificación: ***
MADRID.- Esta obra viene avalada por un premio de la SGAE y apunta a un autor nuevo y seguramente con futuro. Baso esta afirmación, cautelarmente profética, en la exacta construcción de Humo, una estructura digamos circular mediante la cual, con rara habilidad, el final enlaza con el principio creando así una sensación de fatal circularidad.
Un charlatán de feria gana fama y pecunio con una terapia colectiva contra el tabaquismo; es un impostor que nunca ha dejado de fumar y, descubierta su impostura, él, un mentiroso habitual, se dedica a conseguir que los ciudadanos dejen de mentir. En definitiva, los resultados son lo que importa. Y, como dice la protagonista, lo verdaderamente decisivo es la influencia del Papa sobre los creyentes, y no que crea o deje de creer en Dios. Entre medias hay desdichas conyugales, aburrimiento y desconsideración del sexo y del amor: incomprensiones y egoísmos. Las miserias de una vida de pareja que lo tiene todo para ser feliz y fracasa.
Mas, por suerte, de estos rencores nace un afortunado golpe de buen desarrollo escénico, un hilo dramático que cambia el destino de los personajes y que es lo que da verdadera entidad a la comedia. Una impostura simple da paso a una impostura doble, un poco más cínica. Los puntales de Humo son, naturalmente, un volcánico Juan Luis Galiardo y una impecable Kiti Manver. En la fortaleza y sabiduría de ambos se apoyan dos jóvenes (Gemma Giménez y Bernabé Rico), cuya inocencia es contrapunto de los resabios de los mayores.
Hace bastantes años, no recuerdo en qué obra, dije que desconocía algo, no sé qué, de Kiti Manver. Los malditos duendes del ordenador, tan malditos y desconsiderados como los duendes de las viejas linotipias, escamotearon el complemento directo; la cosa quedó en que yo desconocía quién era Kiti Manver y algún lector avieso me puso a parir. Hoy, para que no pueda ocurrirme lo mismo, diré que de Kiti Manver desconozco ya pocas cosas en lo que a su condición de actriz se refiere: facilidad de seducción, talento indiscutible para la comedia y capacidad también para el drama. Todo esto puede verse en Humo.
Juan Luis Galiardo está especialmente dotado para los personajes duros y abruptos. El charlatán de Humo tiene muchos matices a los que enriquece con una poderosa intensidad. El embaucador público, dueño de todos sus gestos y de su oratoria arrolladora, cambia en la intimidad. La escenografía es de Raymond; fría y funcional, define con nitidez los distintos espacios en que ocurre la acción: teatro para la terapia colectiva, camerino, redacción de la revista en que trabaja, como periodista de segunda, Kiti Manver.