J. T. DELGADO / C. SEGOVIA MADRID.-
La pugna por el control de la primera eléctrica
de España, Endesa, se recrudece y se politiza cada vez más 18 meses
después del inicio de las hostilidades. El
grupo Enel, que cuenta con el Gobierno de Italia como principal accionista, se
lanzó ayer a la compra de un 10% de Endesa para frenar la Oferta Pública
de Adquisición de acciones (OPA) del grupo alemán E.ON. El apoyo
del Gobierno español a esta iniciativa puede dar al traste con las posibilidades
del grupo alemán. Enel dio la orden de compra al
banco suizo UBS a 39 euros por acción frente a los 38,75 ofrecidos
por los alemanes y tiene intención de comprar hasta el 24,9%, el
máximo teóricamente permitido por la legislación. Anoche
reconoció, tras negarlo en las horas previas, que ha comprado un 9,99%
del capital 4.126 millones de euros invertidos. «Esta adquisición
es parte de la estrategia de Enel de reforzar su posición en el mercado
eléctrico europeo». Enel apareció en
escena en la tarde de ayer tras revelar el ministro de Industria, Joan Clos, la
posibilidad de un pacto que, en su opinión, otorga más posibilidades
de éxito a «una solución española» que a otra
alemana (ver información adjunta). La entrada de
Enel abona esa «solución española», puesto que el grupo
italiano necesita aliarse con la constructora Acciona, que controla un 21% del
capital, y existen otros paquetes en manos de accionistas aliados del Gobierno
Sacyr ha sido llamado para apoyar la operación. La
operación de Enel se produce también una semana después de
un encuentro al máximo nivel entre el jefe del Gobierno, José Luis
Rodríguez Zapatero, y el primer ministro italiano, Romano Prodi en Ibiza
en la que, según ha podido confirmar este diario, se habló de eliminar
barreras a operaciones empresariales entre ambos países. Zapatero planteó
que Abertis controlada por la Caixa y ACS pudiera quedarse con la
concesionaria italiana de autopistas Autostrade y que Telefónica entrará
en Telecom Italia. A cambio, Prodi insistió en el
interés de Enel en hacer una gran operación en España. El
presidente del Gobierno ha contrapuesto públicamente en los últimos
meses el fair play italiano, frente al mal estilo, en su opinión, de E.ON
y de la canciller alemana, Angela Merkel. Suspendida
la cotización El presidente de Enel, Piero Gnudi,
y el consejero delegado, Fulvio Conti, han visitado España una decena de
veces desde navidades, según ha podido saber este diario. El grupo italiano
y Acciona necesitan sumar votos para frenar a los alemanes en la junta extraordinaria
de Endesa el próximo día 20. La constructora
que preside José Manuel Entrecanales se cuidó ayer de comentar la
entrada de Enel para intentar no ser acusado de operación concertada. Acciona
precisaba de un apoyo, porque tras la resistencia de Caja Madrid a adherirse a
su causa, se encontraba en difícil soledad ante E.ON y se inclinaba por
tirar la toalla y realizar plusvalías. Ayer cayó un 6,22% en Bolsa.
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tiene que garantizar
ahora que no existe un pacto de accionistas para impedir la OPA alemana. La CNMV,
en todo caso, decidió ayer suspender la cotización de Endesa en
Bolsa en tanto se esclarezca la oferta de compra por parte del grupo italiano. Enel
confía en que el apoyo del Gobierno español sirva para solventar
cualquier obstáculo. El propio Conti ha asegurado reiteradamente que no
haría operaciones hostiles tras su frustrado intento de apoderarse de Suez
en Francia. De hecho, Conti ya se ofreció el pasado otoño para entrar
en Gas Natural el grupo catalán controlado por la Caixa que apoyaba
el Gobierno y fortalecer así su oferta frente a la apisonadora alemana.
Conti llegó a ser recibido en Moncloa por el entonces asesor económico
de Zapatero, Miguel Sebastián, pero la caja catalana rechazó la
operación. La entrada en escena de Enel tiene importantes
ramificaciones políticas nacionales e internacionales. Por un lado, se
trata de una empresa cuyo primer accionista es el Ministerio italiano de Economía.
De hecho, la primera fuente que confirmó anoche en Italia la operación
no fue Enel un portavoz la negó incluso a este diario horas antes
de producirse, sino el Gobierno en funciones de Prodi. Según justificó
una fuente gubernamental a Reuters, se trata de defender el interés general
italiano puesto que Endesa controla el tercer operador en su país. Por
su parte, Prodi negó anoche conocer la operación. El propio vicepresidente
segundo, Pedro Solbes, ha criticado en el pasado que haya capital público
en el sector energético español tras las privatizaciones de los
años 90. Pero el Gobierno puede verse tentado de olvidar este asunto con
tal de frenar a E.ON. Otra consecuencia son las relaciones
entre España y Alemania. Zapatero prometió el pasado septiembre
«un final feliz» a la canciller alemana Angela Merkel sobre la oferta
de E.ON. La Comisión Europea, por su parte, mantiene abiertos dos expedientes
contra España por el caso. |