C.S./ J. T. D.
Por si había alguna duda de si la operación es empresarial o política, el primero que destapó que iba a haber movimiento fue el ministro de Industria, Joan Clos. El catalán se había diferenciado hasta ahora de su predecesor, José Montilla, intentando un distanciamiento del proceso, pero ayer saltó a la arena.
Su primera declaración se produjo a primera hora, cuando confesó a la cadena Ser que, en su opinión, tiene «más probabilidades» de imponerse «una solución española» que otra alemana, dando así aliento al intento del grupo Acciona de frenar a E.ON. «Lo tenemos que ver, pero creo que la segunda tiene más probabilidades que la primera en estos momentos», afirmó en favor de Acciona.
Explicó que es «muy difícil» contar con las mayorías requeridas para cambiar los estatutos de Endesa y eliminar el blindaje y que se puedan tomar decisiones «con absoluta libertad de los accionistas».«Probablemente se vaya hacia una determinada forma de pacto, pero eso ya lo veremos. No queremos intervenir y tienen que ser los accionistas los que se pongan de acuerdo», agregó el ministro.
El propio Clos se decidió cuatro horas después a matizar sus palabras, aunque un portavoz del Ministerio de Industria negó que fuera debido a un requerimiento de la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
El ministro quiso recalcar que el Gobierno respetará cualquier decisión de los accionistas, aunque insistió en su advertencia de que no veía fácil que E.ON se impusiera. No aclaró de qué información disponía.
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