J. T. D / C. S.
Enel es una gran compañía italiana, con dimensión europea y un tamaño bastante reducido en España. La compañía comandada por Fulvio Conti compró Viesgo a Endesa, con el objetivo de meter un pie en el mercado ibérico, y empezar a ganar clientes de electricidad y gas.
El problema es que la competencia es prácticamente inexistente, por la estrechez de los márgenes de comercialización (las tarifas están reguladas). Y Enel no ha logrado aumentar su tamaño desde que ocupó las oficinas de Viesgo en Madrid y Santander.
La empresa italiana también tiene intereses en Unión Fenosa, con la que comparte la gestión y la propiedad del negocio renovable.
Enel se ha visto perjudicada fuera de Italia por la circunstancia que tanto le ha beneficiado en el mercado transalpino: la presencia del Estado en su capital. El Ministerio de Economía italiano controla directamente el 21,4% de las acciones. Y es el propietario indirecto de otro 10,2%, en manos de la también pública Cassa Depositi e Prestiti. El resto de los títulos (algo menos del 70%) están en manos de fondos de inversión, pequeños inversores, fondos de pensiones y otras instituciones financieras.
En la actualidad, Enel ocupa el tercer puesto del ránking del sector energético europeo. Sus acciones cotizan en los mercados de Milán y Nueva York y tiene un valor bursátil cercano a los 50.000 millones de euros. Por encima están la alemana E.ON, rival en la carrera por Endesa, con una capitalización de 71.500 millones; y el 'gigante' público francés EDF, que vale más de 100.000 millones.
La compañía italiana tiene 52.000 empleados, 32 millones de clientes y una capacidad instalada de generación eléctrica cercana a los 53.000 megavatios.
Enel deja bien claro al visitante de su página web que, en estos momentos, «está buscando de forma activa la expansión internacional en los negocios del la electricidad y el gas, tras haber completado su proceso de desinversiones». Lo demostró por primera vez hace un año, cuando se ofreció a Gas Natural para mejorar la oferta de E.ON.
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