MARIANO GASPARET
VALENCIA.-
«El exceso de velocidad fue determinante para la consecución del accidente». La prueba pericial sobre las causas del accidente del Metro de Valencia en el que, en julio del año pasado perdieron la vida 43 personas, ratifica lo apuntado hasta ahora por Ferrocarriles de la Generalitat Valenciana (FGV) en sus informes internos y externos y prácticamente confirma las conclusiones elevadas en la comisión de investigación celebrada en las Cortes valencianas a mediados de agosto.
El equipo de peritos designado por la empresa pública ADIF, dependiente del Ministerio de Fomento, entregó ayer en el Juzgado de Instrucción Número 21 de Valencia sus conclusiones sobre las causas de la tragedia, un compendio de dos tomos de más de 1.000 páginas. Los peritos concluyen que el «exceso de velocidad fue determinante».
Tras varios meses examinando el trazado, los materiales y las medidas de seguridad de la Línea 1, los técnicos concluyen que «el estado de la vía y los materiales» analizados se encontraban en un estado «correcto para la velocidad señalizada», si bien el trazado de la curva donde se produjo el descarrilamiento y vuelque «era muy cerrado» y «no idóneo», según ha podido saber EL MUNDO de fuentes de la investigación.
Con todo, la señalización de limitación de velocidad para ese tramo, de 41 kilómetros por hora, estaba «dentro de los márgenes de seguridad», según confirma el informe pericial. Cabe recordar que los dos convoyes accidentados tomaron la curva del subsuelo de Jesús-Patraix a 81 kilómetros por hora, según revelaron las cajas negras de los vagones.
Los peritos explican que el trazado donde se produjo el siniestro «era demasiado cerrado, lo que dejaba sin confort a los viajeros»; o, lo que es lo mismo, «ir de pie en ese tramo no era lo más seguro».
«Con ese trazado, ir a una velocidad superior a 50 kilómetros por hora es sin duda peligroso; y viajar a más de 60 convierte el vuelco prácticamente en inevitable», explican fuentes de la investigación.
El informe fue encargado por la juez en septiembre. En noviembre, la magistrada urgió el informe de los peritos para no retrasar más la investigación.
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